domingo, 21 de febrero de 2016

Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os invito a todos una vez más a imitar la santidad de Mis Pastorcitos de Fátima, Lucía, Francisco y Jacinta, que tanto Me amaron y verdaderamente dieron al mundo un ejemplo de verdadero amor a Dios y a Mí.

Imitad a Lucía, Francisco y Jacinta en el ardiente y abrasador amor que tenían a Dios y a Mí, haciendo de vuestras vidas verdaderamente un acto continuo de súplica a Dios por la conversión de los pecadores y también de expiación de los pecados por los que Dios es ofendido. Como ellos, vivid para consolar a Dios con oraciones, con buenas obras, con obediencia a Mis Mensajes cada día, viviendo como verdaderas rosas blancas Místicas de oración y rosas rojas de sacrificio, entregando a Dios el perfecto y verdadero amor de vuestras almas para regocijo del Señor que está tan entristecido por tantos pecados que el mundo ha cometido.

Imitad a los Pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta, viviendo una vida de oración verdadera e intensa como ellos. Viviendo continuamente en la presencia de Dios, es decir, con la conciencia de que Él está siempre cerca de vosotros, viendo a cada uno de vosotros, escuchando todo lo que hacéis y todo lo que decís.

Así vivirás una vida de perfecta unión con Dios, dándole durante todo el día muchos actos continuos de amor, de esperanza, de fe, haciéndolo todo en Su presencia, con Él y para Él. Y así, de este modo, verdaderamente todas tus obras y actos se transformarán en oración viva e incesante que sube al Cielo ininterrumpidamente cada día y durante todo el día. Dad así a Dios el calor de vuestros corazones, siempre caldeados por la oración viva y siempre hecha con el corazón.

Imitad a los Pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta, en la penitencia que hicieron por la conversión de los pecadores, sobre todo aceptando los sufrimientos, las cruces y los trabajos que Dios permite y ofreciéndoselo todo en acto de expiación por los pecados de la humanidad.

Si haces esto, realmente cada día de tu alma se elevará hacia Dios una gran fuerza mística de reparación y expiación. Y entonces, Dios será verdaderamente expiado por tantos millones de pecados que se cometen cada día sobre la faz de la tierra. Y Él se alegrará al ver que sois verdaderamente Sus hijos amorosos que le consoláis, que le hacéis enfadar y que os compadecéis verdaderamente del gran sufrimiento que le hacéis padecer, Sus hijos ingratos.

Imitad el verdadero amor que tenían mis Pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta rezando más cada día, viviendo más cada día en la gracia de Dios, en el amor, en la oración. E imitadles también en el verdadero e intenso amor que Me tuvieron, desobedeciendo a Mi Corazón Inmaculado que está tan ofendido, y tan traspasado cada día por espinas y espadas de dolor, que Mis hijos ingratos traspasan Mi Corazón con blasfemias, con ofensas, con desobediencia a Mis Mensajes, con negación y persecución a Mis Apariciones y a Mis Mensajes.

Para que así, verdaderamente, mi Corazón Inmaculado encuentre en todos vosotros ese amor puro y verdadero, que encontró en los corazones de mis Tres Pastorcitos de Fátima y también en vosotros podáis realizar las grandes maravillas de santidad que he realizado en ellos para la mayor gloria de Dios y el Triunfo de mi Corazón Inmaculado.

Sed fuentes puras de mi Corazón Inmaculado para purificar este mundo con la oración, con el sacrificio y con la santidad de vuestras vidas.

Hoy, cuando celebráis aquí el Aniversario del día en que bendije Mi Fuente Milagrosa de Gracia para todos Mis hijos, deseo que también vosotros os convirtáis en fuentes vivas que den a todo el mundo, a todos Mis hijos, el agua de la santidad, de la oración, del amor puro a Dios, de la obediencia a Dios, del verdadero amor a Mí. Transformad de nuevo esta tierra seca que es el mundo, este desierto, en un jardín, en una vid verde que dé al Señor muchas rosas de santidad, de amor y de perfección, muchos frutos de amor verdadero y de santidad para Su mayor gloria.

Empezad por vosotros mismos a transformaros en todo esto renunciando a vuestra voluntad, a los placeres mundanos, al pecado y a la vida verdadera y perfecta de más oración, más meditación, más amor al Señor y a Mí y más entrega a Mi Plan de salvación de la humanidad, haciendo los grupos de oración y los cenáculos que he pedido por todas partes, para que Mis hijos se preparen verdaderamente para los grandes castigos que se acercan al mundo, que purificarán la Tierra de tantos pecados y crímenes. Y limpiarán verdaderamente a toda la humanidad de tanto pecado y odio a Dios, a la verdad, a la Fe Católica y a Mí.

¡Preparaos! Los Tres Días Oscuros están muy cerca, convertíos sin demora. Preparaos para el Triunfo de mi Corazón Inmaculado y para el regreso de mi Hijo Jesús en la Gloria que está cerca.

Os bendigo a todos con amor desde Fátima, Erechim y Jacari».