Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 14 de noviembre de 2015
460ª Promoción de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
Jacareí, 14 de Noviembre de 2015
460ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
Mensaje De Nuestra Señora Y Santa Luzia
(María Santísima): «Mis queridos hijos, hoy, cuando ya estáis celebrando aquí la Fiesta de Mi Rostro, os invito a todos a mirarla y a ver en Ella Mi mirada de amor hacia todos vosotros.
Esta mirada de amor que Yo tenía en aquella Aparición del año 1994 era mirada de amor en primer lugar para Mi hijo Marcos, el más amado, obediente y trabajador de Mis hijos, el hijo más inflamado por Mi Llama de Amor. Y en segundo lugar fue una mirada de amor para todos vosotros, hijos Míos, a quienes he venido del Cielo para salvar y llevar la felicidad eterna que Dios ha preparado para todos aquellos que Le aman, que Le temen y que respetan Sus mandamientos.
Mi mirada de Amor se entregó en este Rostro por vosotros para que pudierais intercambiar miradas Conmigo y recibir de Mi Rostro amor, consuelo para vuestras almas, en estos tiempos de gran tribulación en los que estáis llamados a soportar grandes sufrimientos para manteneros en gracia de Dios. Para mantener la fe y no perder la fe y la corona eterna que os está preparada.
Os he dado Mi Rostro de Amor para confortaros en los momentos difíciles de vuestras vidas, para que no faltaran estos tiempos de gran tribulación. Para que encontrarais en Mi Rostro, en Mi Mirada de Amor, la luz, la fuerza en la fe, la esperanza para soportarlo todo, soportarlo todo y sufrirlo todo por amor a Mi Hijo y a Mí.
Este Rostro trae paz, consuelo y esperanza a los afligidos, a los enfermos, a los que sufren, hijos Míos, que llevan la pesada cruz del sufrimiento y del dolor en esta vida. Mirando Mi Rostro, sentirán Mi afecto por ellos, sentirán Mi amor, y entonces, derramaré Mi llama de Amor sobre ellos, abrasando sus corazones y dándoles la fuerza y la fortaleza para soportar y superarlo todo con fe y amor.
Entregué Mi rostro de Amor al mundo, para que todos Mis hijos pudieran ver que verdaderamente Me estoy apareciendo Aquí en Jacareí todos estos años. Y estoy tan vivo, tan real, que Me he dejado fotografiar por uno de sus aparatos, por una de sus cámaras. Para que ninguno de Mis hijos tenga ninguna duda de que existo realmente, de que estoy vivo y dispuesto a comenzar a actuar en la vida de todos Mis hijos.
Sólo estoy esperando a que Me lo pidan, a que Me den permiso, a que abran la puerta de sus corazones, y entonces actuaré con tanta fuerza en sus vidas que nunca volverán a ser los mismos. Cambiaré sus vidas por completo y de tal manera, que estarán tan llenos de gracia que exclamarán: ¡La bondad del Señor no tiene fin, eterna es Su misericordia, eterno es Su amor por Mí! Llenaré sus vidas tan llenas de gracia que llorarán de alegría, sintiendo cuán grande es Mi amor por ellos, sintiendo cuán grande es el amor de Dios por ellos.
He dado Mi rostro de Amor al mundo, para que todos puedan mirarme y ver que soy una Madre amorosa y cuidadosa con todos, que no abandono a nadie, que no dejo a nadie solo. Y al igual que no dejé solo a Mi hijo Jesús en el camino del Calvario, nunca dejo solo a ninguno de Mis hijos cargando con su cruz.
Estoy al lado de todos Mis hijos, para consolarlos, para darles fuerza para llevar su cruz hasta que alcancen la victoria de la resurrección. Para todos soy una Madre amorosa, una Madre solícita y siempre fiel. Estoy a la puerta de muchos corazones, esperando que se abran a Mí. Si Me abrís la puerta de vuestros corazones, hijitos, derramaré tantas gracias y tanta de Mi Llama de Amor sobre vosotros, que cambiaré vuestra vida en poco tiempo de un desierto frío y sin amor a un cielo de alegría, amor y felicidad.
He dado Mi Rostro de Amor al mundo, para que Mis hijos sepan que estoy bajando del Cielo vivo, en carne y hueso, todos los días Aquí, en esta ciudad de Jacarei, llamándoles de nuevo a Mi Corazón y ofreciéndoles por última vez la salvación y la conversión. Si desprecian este último ofrecimiento Mío, cerrarán para sí la última puerta de salvación que existe, y esto constituirá un pecado contra el Espíritu Santo, que no será perdonado, ni en este mundo ni en el otro.
Así pues, hijos Míos, os lo ruego: no desechéis la última oferta que he venido a haceros, abridme vuestros corazones, dadme vuestro sí, aceptad Mi Llama de Amor y dejad que actúe en vosotros sin ponerle obstáculos. Y os prometo que haré de vosotros los santos más grandes que el mundo haya visto jamás, y a través de vosotros cambiaré, renovaré y santificaré la faz de toda la tierra.
Os amo a todos y os bendigo a todos ahora desde Lourdes, desde La Salette y desde Jacareí».
(Santa Lucía): «Mis queridos hermanos, yo, Lucía, vengo de nuevo a deciros: Abrid vuestros corazones a la Llama de Amor de la Madre de Dios, dejándola entrar en vuestros corazones realizando en vosotros la gran conversión, la gran transformación, conduciéndoos a la santidad perfecta que Ella desea y quiere para todos vosotros.
Abrid vuestros corazones a la Llama de Amor de la Madre de Dios, dejando que esta Llama queme en vosotros todo lo que aún os ata a la tierra, al mundo. Y, haciendo que vuestros corazones se eleven cada vez más libres, cada vez más altos hacia el Cielo del amor a Dios, del amor a la Madre de Dios y de la santidad.
Dejad que la Llama del Amor actúe en vosotros y abrid vuestros corazones a Ella. Para que Ella abra vuestros corazones con un amor tan grande por Dios, por la Madre de Dios, os llene de un amor tan grande que vuestro corazón desborde este amor sobre los corazones de la gente de hoy, gente dura, fría, egoísta, calculadora, donde se ha apagado el amor, donde se ha apagado la llama del verdadero amor.
Esta llama llenará tu corazón de un amor tan grande por Dios y por la salvación de las almas, que no descansarás hasta que salves a la última persona de este mundo. Y hasta que veas a Jesús y a María amados por todos los seres humanos de este mundo.
Esta Llama consumirá vuestros corazones de deseo y celo por la gloria de Jesús y María, y os hará trabajar más y más por su gloria, por su Triunfo en cada corazón y en cada alma del mundo entero. Esta Llama era la misma que estaba en mi Corazón, que estaba en el Corazón de Gerardo, de Juan Bosco, de Alfonso de Ligorio, de Luis de Montfort, de Jorge, de Beatriz, de Filomena y de todos los Santos.
Esta Llama en vuestro corazón llevará al mundo entero a reconocer a María Santísima como Mediadora de todas las Gracias, como Corredentora y Reina de toda la humanidad. Por lo tanto, Mis amados hermanos, abrid vuestros corazones a esta Llama de Amor e inflamad el mundo entero con esta Llama, transmitiéndola de corazón a corazón, haciendo los grupos de oración que la Madre de Dios ha pedido Aquí en todas partes.
Dejad que esta Llama de Amor entre en vuestros corazones y actúe en vuestros corazones, para que os lleve a amar a Dios y a amar a la Santísima Madre más que a nada, más que a vosotros mismos, más que a vuestra familia, más que a vuestros amigos, más que a vuestra profesión, más que a vuestros sueños, más que a vuestra voluntad, más que a vuestros planes, más que a todo.
Entonces seréis verdaderamente esas almas hechas de puro fuego, de pura llama de amor a Dios y a la Santísima Madre. Esas almas que Ella y el Señor Jesús buscaron por todo el mundo, recorriendo todo el mundo, y no encontraron. Por eso, Aquí en vosotros encontrarán a estas almas y sus corazones se gloriarán, se glorificarán, se satisfarán en el amor de vuestras almas.
Si encuentran aquí sólo diez almas de amor puro será suficiente para que Su Llama de Amor convierta al mundo entero, transforme al mundo entero, renueve al mundo entero y lleve al mundo entero al Triunfo de Sus Corazones transformando al mundo de un pantano de pecado y un infierno de maldad y violencia en un Cielo de amor, de paz, de santidad, de alegría y felicidad para siempre.
Por eso, en esta hora en que la violencia se apodera del mundo y pende sobre vuestras cabezas el peligro de una nueva y más terrible guerra, os invito a rezar el Rosario con más amor. Y, sobre todo, a rezar mi Rosario con más confianza y amor, porque ahora sólo Nosotros los Santos, junto con la Madre de Dios, al ofrecer nuestras oraciones junto con las vuestras, podemos alcanzar la Misericordia, la Salvación y la Paz para el mundo.
Ahora os bendecimos a todos con Amor desde Siracusa, desde Catania y desde Jacareí».
(Marcos): «Hasta pronto querida Madrecita del Cielo. Hasta pronto querida Lucía».
Participa en las Apariciones y oraciones en el Santuario.
Infórmate en el Tel: (0Xx12) 9 9701-2427
Retransmisión en directo de las representaciones.
Sábados a las 15.30 h - Domingos a las 10 h.
Orígenes:
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