jueves, 13 de marzo de 2014

¡La gran guerra está casi a tu puerta! ¡Sólo tu oración podrá detenerla!

- Mensaje nº 476 -

Hija Mía. Ven a Mis brazos y descansa Conmigo. Te amo, hija Mía tan amada. Sé fuerte y persevera. Tu Jesús. Por favor, di hoy a los hijos de la tierra lo siguiente: Vuestra vida es efímera, y sólo cuentan vuestros valores interiores. Por eso, quien se pierda ante el demonio, se entregue a él y se revuelque en lo exterior, quien no se prepare, se haga puro y desarrolle el potencial espiritual, nada quedará de él en la eternidad, porque ha disfrutado de los bienes del demonio toda su vida, pero no ha preparado su alma para la eternidad.

Hijos míos. Despertad, porque el brillo y el resplandor no os llevarán a Mí, a vuestro Salvador, sino a los brazos del diablo, que, en cuanto abandonéis esta tierra, ¡os pisoteará bajo sus pies!

¡Venid a Mí, hijos Míos, y preparaos por fin para Mi regreso! Yo, vuestro Santo Jesús, ¡salvaré y redimiré a todos! ¡Os liberaré de todas las asechanzas del mal y cuidaré de vosotros! ¡Pero debéis darme vuestro Sí para ello y empezar a reconocer la verdad! El brillo, la apariencia, la fortuna y la belleza no son bienes que os abrirán las puertas del cielo, el amor, la humildad, la pureza y la fe, sin embargo, os llevarán primero a Mí, vuestro Jesús, y después al Padre.

Hijos míos. Estad preparados para Mí, porque muy pronto estaré ante vosotros. No tengáis miedo entonces, sino ¡corred hacia Mí! Venid a Mí e inclinaos ante Mí, así podré bendeciros a cada uno de vosotros, y Mi amor fluirá a través de vosotros. Estaréis preparados para Mí, sin miedo, sin timidez, sin preguntas, ¡pero con profunda confianza y fe!

Hijos Míos. El tiempo es muy urgente. Cada vez hay más guerras que amenazan con intensificarse, ¡así que oponeros a ellas con vuestra oración! ¡Rezad mucho y con fervor! ¡Rezad en cada minuto libre! ¡Reza estés donde estés!

Escucharé todas las oraciones y prometo que si un número suficiente de niños reza por la paz en el mundo, enviaré clemencia a la tierra, para que los corazones de los indignados y pendencieros, de los locos por el poder y de los violentos, se calmen y se ablanden.

Iluminaré con Mi luz a los que llevan las decisiones de la guerra o de la paz y así alejaré de vosotros mucho mal.

Rezad, hijos míos, rezad, porque la gran guerra está casi a vuestras puertas. ¡Sólo vuestra oración podrá detenerla! ¡Sólo vuestra oración tiene el poder de detenerla! Rezad, pues, hijos míos, rezad, porque la mayor miseria aún no ha comenzado.

En el más profundo amor, vuestro Jesús que tanto os ama.

" Rezad hijos Míos. Vuestra oración os ayudará ." Dios Padre.