martes, 27 de septiembre de 2011

Martes, 27 de septiembre de 2011

Martes, 27 de septiembre de 2011: (San Vicente de Paul)

Jesús dijo: “Hijo mío, has escuchado la charla de tu director de misión sobre muchos de los temas que te he mencionado antes en Mis mensajes a todos vosotros. Mientras hablaba sobre la comunicación con tu cónyuge en oración juntos, recuerdas Mi mensaje sobre: ‘La familia que reza junta, permanece junta’. También sugerí rezar el rosario juntos después de la cena. Cada uno dice sus oraciones por separado, pero podríais rezar algunos juntos. En tu tiempo de Adoración también sugerí que alternéis entre leer la Biblia y vuestra Liturgia de las Horas para que podáis meditar en Mi Palabra en las Escrituras. El otro punto que necesitaba enfatizar es la necesidad de la oración contemplativa o tiempo de silencio, para que pueda hablar a tu alma y tener tiempo para compartir vuestros problemas conmigo y expresar vuestro amor. Vuestra situación es diferente porque estáis escuchando todo el tiempo Mis mensajes. Te agradezco tu amor y obediencia al llevar a cabo esta misión que te he dado. Pero al final de vuestra escritura y lectura, os pedí que permanecierais en silencio durante cinco o diez minutos para que pudierais escuchar Mis palabras de amor y consuelo por las cosas que estáis afrontando. Padre tiene razón al decir que necesitáis tener un diálogo de hablar y escucharme en vuestro tiempo de oración. Si la gente quiere conocer Mi Voluntad, necesita escucharme en sus corazones. Al tener una conversación de doble vía, podéis enriquecer vuestro amor por Mí ya que os amo todo el tiempo. Necesitáis usar este mismo diálogo amoroso incluso con vuestro cónyuge y con aquellos a quienes os encontráis.”

Jesús dijo: “Mi pueblo, muchos de vosotros estáis muy preocupados por vuestra apariencia exterior, y por eso tenéis tantos espejos en vuestra casa. Imagina si tuvierais un espejo para ver los pecados de vuestra alma. Os avergonzaríais mucho si la gente pudiera ver vuestra alma como yo os veo todos los días. Si estáis tan preocupados por vuestra apariencia física, deberíais estar aún más preocupados por vuestra apariencia espiritual y a dónde iréis cuando muráis. Si venís a la Confesión mensual, tendréis un alma pura, y estaréis listos para cuando os encontréis conmigo en vuestro juicio a vuestra muerte. Si ha pasado mucho tiempo desde vuestra última confesión, o no venís en absoluto, entonces estáis arriesgando vuestro destino eterno en el cielo. Soy un Dios amoroso y misericordioso, y perdonaré a cualquier pecador que busque Mi perdón. Solo os pido que Me améis, y me dejéis ser el Maestro de vuestra vida. Reconoce que todos sois pecadores y necesitáis purificación. Reconciliaos con Aquel que os ama, y os prometo la salvación eterna. Estableced una buena relación de amor conmigo ahora, para que os conozca y os dé la bienvenida a Mi Reino. No queréis que Me diga que no os conozco en vuestro juicio. Esfuérzate incluso por los niveles más altos del cielo mediante un fuerte amor por Mí.”