Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 9 de enero de 2016
Mensaje de Santa Lucía

(Santa Lucía): Mis amados hermanos, yo Lucía, Lucía de Siracusa, vengo hoy a llamaros de nuevo para que tengáis en vuestros corazones verdadero amor a Dios.
Sólo cuando tengáis la caridad perfecta, el amor perfecto a Dios, Dios habitará en vuestros corazones y podrá realizar Sus maravillas en vosotros. Rezad, rezad, rezad, ahora más que nunca pidiendo el aumento de la llama de amor de Dios en vuestros corazones.
Cuántas personas buscan por todas partes mensajes sobre castigos, sobre acontecimientos futuros. También buscan sólo gracias, favores y milagros, pero no la verdadera Llama de Amor. Esto es lo más importante: aprender a amar a Dios perfectamente, a hacer Su voluntad, a amar a la Madre de Dios y a hacer Su voluntad perfectamente.
Dichoso el hombre que se centra en esto y que lo busca con todo su corazón. Porque complacerá verdaderamente a Dios, complacerá a su Madre, atraerá sus miradas amorosas y misericordiosas, y Dios y su Madre vendrán a hacer su morada en el corazón de quien los ame así.
He aquí, en verdad, el nido de amor de la Madre de Dios, Su Escuela de Amor, donde Ella desea formar almas ardientes de amor a Dios. Pero el alma que se ama a sí misma más que a Dios y a Ella y no es capaz de sacrificarse por ellos, esta alma aún no ha conocido el verdadero amor a Dios ni a Ella.
Aprende, pues, que amar es sacrificarse por Dios y por Su Madre, poniéndolos en primer lugar en la vida. Sólo cuando hagas esto, el amor de Dios estará en ti.
Yo Luzia, rezo para que todos alcancéis estos grados de amor. Durante este año debéis progresar, elevaros en los grados del verdadero amor, rezad por él, deseadlo, buscadlo con todas vuestras fuerzas y os será dado.
A todos con amor os pido: Continuad rezando el Rosario de la Madre de Dios cada día, rezando mi Rosario y todas las oraciones que la Señora del Cielo os pidió aquí. Con estas oraciones creceréis cada vez más en el conocimiento y en el deseo del verdadero amor.
A todos bendigo con amor Catania, Siracusa y Jacari».
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