domingo, 9 de noviembre de 2014

Mensaje de Nuestra Señora y Santa Priscila (Prisca) - 343ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora - Retransmisión de las apariciones diarias en directo a través de Internet en World Webtv: www.apparitionstv.com

Audio Video De La Aparición:

http://youtu.be/QO0Um6PR0jo

Jacareí, 9 de Noviembre de 2014

Fiesta De La Develación De La Medalla De La Paz

343ª Promoción de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

Www.apparitionstv.com

Mensaje De Nuestra Señora Y Santa Priscila

(María Santísima): "Mis queridos hijos, hoy, cuando todavía estáis conmemorando aquí la Fiesta de Mi Medalla de la Paz, revelada por Mí a Mi pequeño hijo Marcos el 8 de noviembre de 1993 y también las grandes señales que os di el 7 de noviembre de 1994.

Vengo de nuevo del Cielo para deciros ¡Soy la Reina y Mensajera de la Paz! Soy la Mensajera de la Paz y he sido enviada por el Señor para traeros la paz del corazón, la paz para vuestras familias y la paz para el mundo entero.

Soy la Mensajera de la Paz y, como tal, de Mi boca sólo salen palabras que producen Paz, palabras de verdad, palabras de conversión, palabras de amor, palabras de bendición. Bienaventurada el alma que acoge con amor todos Mis mensajes y los obedece, porque la paz del Altísimo caerá sobre estas almas, y no se verán afectadas ni por la violencia ni por los rayos de la Ira de Dios, que quiere castigar los pecados de este mundo.

Yo soy el Mensajero de la Paz, y os traigo de parte del Señor el Mensaje que os muestra el camino correcto para alcanzar la paz que tanto deseáis, la paz de vuestras familias y la paz del mundo. El camino de la oración, el camino del sacrificio, de la penitencia, de la renuncia al pecado, que es la causa de todos los males, desórdenes y guerras del mundo. Y os conduzco cada vez más por el camino del bien, de la armonía, de la concordia y de la amistad completa entre vosotros y Dios, y entre todos los hombres. Así os conduzco cada vez más a construir la paz, en cierto sentido, porque la paz se construye cada día con la oración, con el sacrificio, con la renuncia al pecado y con la fidelidad completa al Señor.

Soy el Mensajero de la Paz, y por eso vengo del Cielo para deciros: que la paz está en peligro, la paz del mundo está amenazada por Satanás. No podéis imaginar las horribles guerras que Satanás está planeando contra vosotros. No podéis imaginar cuántos crímenes violentos se cometen cada día en el mundo, porque los hombres no rezan y, por tanto, no tienen el amor de Dios en sus corazones. Por tanto, debéis rezar por la paz, debéis preservar la paz con el rezo del Rosario, y debéis ayudar a todos a rezar el Rosario para proteger también su paz y la paz de sus familias, y para aumentar cada vez más en el mundo la paz del Cielo entre los hombres.

Yo soy el Mensajero de la Paz y por eso os muestro en Mis Mensajes el camino correcto para superar toda guerra, para superar todo odio, violencia y discordia: el camino de la Oración. El Rosario es el secreto de la Paz, el Rosario es la fuente y el conservador de la Paz, allí donde se rece con amor cada día descenderá la Paz del Señor y Mi Paz. Allí se conservará la Paz, y así Satanás no podrá destruir vuestra paz.

Os amo mucho y os he dado Mi Medalla de la Paz para protegeros a través de ella de todos los ataques de Satanás, para defender vuestra paz, para proteger vuestra paz, para conservar vuestra paz, para aumentar vuestra paz.

Llevad Mi Medalla con amor y confianza y os prometo, hijitos, que pronto vendrá la paz a la tierra, Dios enviará al Ángel de la Paz para dar la paz al mundo si rezáis Mi Rosario cada día, si lleváis Mi Medalla con amor y confianza, si renunciáis cada vez más al pecado.

Sí, haced que todos Mis hijos se unan a Mis grupos de oración para rezar Mi Rosario, la Trezena, la Setena, la Hora de la Paz todas las Oraciones que os he dado. Para que así más y más la Paz del Cielo aplaste el odio satánico de satanás que ahora predomina sobre toda la tierra y domina también todos los corazones.

Formad grupos de oración, haced cenáculos, para que así Mi Paz, la Paz de María, aumente y se difunda en los hogares, en los corazones. Para que juntos podamos vencer todos los planes de Satanás, que quiere destruir no sólo a vosotros, la raza humana, sino también el mundo en el que vivís mediante la guerra, mediante la destrucción atómica. Deseo a Mis hijos que vuestras oraciones cada día sean más y más por la paz, y para que aumenten y hagan triunfar la paz.

Os lo ruego: ¡Convertíos sin demora! No quiero que sufráis en el futuro. Por eso, hijos Míos, os digo: ¡Convertíos! ¡Cambiad de vida! Haced lo que os pido. Os he confirmado con signos estupendos tantas veces aquí. Os doy Mis mensajes con el corazón afligido, porque veo que os alejáis cada vez más de Mí y de Mi Hijo Jesús. Y si continuáis así, pronto el Castigo os alcanzará y será demasiado tarde para vosotros.

Por eso te pido: ¡conviértete, cambia de vida, vuelve a Dios!

Os bendigo a todos con amor y especialmente a Mi hijito Marcos, que durante todos estos años ha perseverado en Mi servicio y en la fidelidad a Mi Corazón Inmaculado, correspondiendo cuanto ha podido a Mi voluntad y a Mis Planes de Amor, trabajando intensamente para que Mi Corazón Inmaculado fuera conocido y amado por todos y, al mismo tiempo, para hacerme Reina de todos los corazones. En su persona y en su obra manifiesto cada vez más Mi luz más fuerte que se intensificará cada vez más hasta destruir todas las tinieblas de satanás en el mundo.

Sobre él, Mi amado hijo, y sobre todos vosotros descienda ahora Mi bendición maternal de Fátima, de Lourdes y de Jacareí.

(Marcos): "No, no conozco a la Señora. ¿Quién eres tú? Sí. Sí".

(Santa Priscila): "Amados hermanos y hermanas Míos, yo, Priscila, Priscila, sierva del Señor y de la Madre de Dios me alegro de venir hoy con Ella para bendeciros y daros la Paz.

Hace tiempo que deseaba venir aquí, y hoy el Altísimo ha determinado que venga a deciros: Buscad el Amor mientras se encuentra. El Amor es Dios, el Amor es Jesús, Jesús es Amor.

Buscad a Jesús, buscad a Dios mientras Él se deja encontrar por vosotros Aquí, para que vuestra alma, de desierto de pecado, de maldad y de impureza, se transforme en un Jardín verde, perfumado de virtudes, de gracias y de amor.

Busca el Amor mientras Él se deja encontrar por ti Aquí, búscalo con el corazón abierto, humilde, sincero, sin arrogancia ni dureza. Porque Dios los resiste, Dios resiste a los soberbios, y sólo da Su gracia a los humildes, es decir, sólo a los que reconocen realmente que sin Dios no son nada, no pueden hacer nada, y que sólo en Dios está el amor verdadero y perfecto.

Busca al Amor como Él se deja encontrar Aquí, abriendo de par en par las puertas de tu corazón al Señor, dejando que entre con Su gracia y te transforme por completo en una obra de maravillosa belleza para Su mayor gloria, Su mayor triunfo y exaltación.

El Señor está tan cerca de ti Aquí, cuántos le buscan por todas partes y desprecian Su presencia Aquí. Si vinieran Aquí con el corazón humilde, contrito y humillado, el Señor se dejaría encontrar por ellos. La Santísima Madre se dejaría encontrar por ellos y tendrían un verdadero encuentro con Dios y con la Santísima Madre. Pero su orgullo les aleja, su arrogancia, su dureza de corazón les aleja, y así, cuanto más buscan al Señor en otra parte, menos le encuentran y más se distancian de Él. Porque no quieren la verdad, no quieren encontrar al Señor aquí, en la sencillez de este Lugar.

Bienaventuradas las almas que buscan aquí al Señor y que le abren su corazón al ver Su presencia aquí más allá de sus circunstancias. Porque verdaderamente Aquí encontrarán al Señor y recibirán de Él y de Su Madre gracia sobre gracia, bendición sobre bendición. De modo que gritarán en éxtasis: Ya no soy yo quien vive, sino Dios quien vive en Mí.

Buscad, buscad al Señor. Busca al Señor mientras Él se deja encontrar por ti, porque pronto el Señor se alejará de ti. Se esconderá durante un tiempo, como se escondió de Sus Apóstoles tres días después de Su Pasión en el corazón de la tierra. El Señor se ocultará para probar la perseverancia de los justos y, al mismo tiempo, para dar a los que no Le buscaron el castigo debido a su abandono.

Por tanto, ¡busca al Señor mientras aún estés a tiempo, porque ahora es el tiempo de la Gracia, de la Bendición y de la Misericordia! Sí, este tiempo de Misericordia terminará, y la Madre de Dios no os dará más Mensajes. Así pues, felices aquellos que han fortalecido y alimentado sus corazones con Su palabra durante estos años. Y ay de aquellos que hayan despreciado Sus palabras, porque sentirán hambre y no tendrán pan que comer. En otras palabras, sus almas estarán sumidas en una profunda oscuridad y ya no tendrán los mensajes y consejos de la Santísima Madre para salir de sus tinieblas, se marchitarán de hambre y de inanición espiritual.

Mientras que aquellos que han buscado a la Madre de Dios y han perseverado con Ella todos estos años tendrán sus almas saciadas con la gracia de Dios, los Dones del Espíritu Santo, el Amor del Señor, la Sabiduría Celestial, las Bendiciones Divinas.

Si no queréis ser Mis hermanos, del número de los desgraciados que morirán de inanición espiritual, buscad ahora al Señor y a Su Madre, pues Ellos aquí os dan pan y pan en abundancia. Cerrad vuestros oídos, es decir, los sentidos de vuestra alma, a las tentaciones del demonio. Refutadlas con la Palabra de Dios, con los Mensajes de la Santísima Madre, meditándolos con la oración, con la meditación de todo lo que la Santísima Madre ya ha hecho Aquí. Porque las obras de la Santísima Madre aquí son admirables para los que meditan en ellas, y los que meditan en las palabras que la Santísima Madre dio aquí y en Sus obras tienen la fuerza y la sabiduría para rechazar toda tentación de Satanás, por grande que sea.

Persevera en la Oración, persevera en la gracia de Dios, persevera en el Santo Rosario. ¡Oh, si yo hubiera tenido el Santo Rosario cuando vivía en Roma en los primeros siglos de la era cristiana! ¡Oh, cómo lo habría rezado, cómo lo habría amado! Vosotros vivís en este tiempo bendito en el que tenéis el Santo Rosario, amadlo, rezadlo, porque es un medio seguro y eficaz de salvación. A quienes lo rezan, el Señor ha decretado no negarles nunca nada, porque es la Oración de Su propia Madre Santísima.

Camina cada vez más por la senda del Sacrificio y de la Penitencia. Ayunad de nuevo al menos los viernes, incluso los que trabajan, todos deben ayunar. Porque todos tenéis un alma que en cualquier momento puede perder el precioso tesoro del amor de Dios, el amor de María Santísima y todas las gracias que ya habéis recibido. Por eso, guarda tu tesoro con el Ayuno, para que Satanás no utilice tu carne para hacer que tu alma pierda todos los tesoros del Cielo que ha recibido.

El Amor de Dios es un tesoro maravilloso, cuando el alma lo tiene, vive más como un Ángel, que como un hombre. Vive inmersa en la Paz, en el Amor de Dios, en la Alegría, vive inmersa en la Amistad Divina, en la trascendencia misma, recibiendo luz sobre luz del Señor. Pero es un tesoro que se pierde muy fácilmente, un solo pecado, un solo apego, una sola pasión no combatida, no refrenada, y ya está, el alma pierde todo lo que ha ganado, todo.

No corras este riesgo, no pierdas tu tesoro, guárdalo, guárdalo en una caja fuerte en la que nadie pueda entrar jamás. Esta caja fuerte es el Corazón Inmaculado de María, guarda tu tesoro en Su caja fuerte mediante el Rosario, el Ayuno, la meditación de Sus mensajes, la huida del pecado y, sobre todo, mediante la perfecta Esclavitud de Amor a esta Santísima Madre.

Estad siempre «sí» a Ella, siempre «sí» a Su voluntad, y si así lo hacéis, vuestro tesoro estará seguro en el Cielo, en el corazón de la Virgen María. Y cuando partas de este mundo, este tesoro se transformará en una rica vestidura de gloria eterna con la que serás revestido y colocado en medio de los Ángeles para cantar las alabanzas del Señor y de la Madre de Dios por toda la eternidad.

La oración es la condición para la salvación, la oración es el secreto de la salvación.

A todos os bendigo ahora con mucho amor desde Roma, desde Lourdes y desde Jacareí".

(Marcos): "Sí, sí. Sí, lo haré. No, ya no serás olvidada. Hasta pronto".

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