Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
miércoles, 1 de enero de 2014
Mensaje de María Santísima

Queridos hijos, hoy, en el primer día de este nuevo año que nace, os invito a mirarme como Madre de Dios, Theotokos. Aquella que verdaderamente engendró en su seno al mismo Dios, al Hijo de Dios, al Verbo Encarnado, al Dios hombre, que vino a redimiros y salvaros a todos.
Soy la verdadera Madre de Dios, soy la verdadera Madre de Jesús, soy la verdadera Madre de la segunda Persona de la Santísima Trinidad. De mi seno salió a vosotros el Salvador y Redentor del mundo, de mi Inmaculada y Purísima salió la gracia, a vosotros el Santo de los Santos, Aquel que es el principio, el medio y el fin de todas las cosas.
De mi grey virginal os salió el Infinito, de mi «Sí» os nació el Hijo de Dios Encarnado que os redimió a todos, os liberó de la esclavitud del pecado y de Satanás, os abrió las puertas del Cielo, reparó el pecado de toda la humanidad y os trajo la vida eterna.
Como Madre de Dios, quiero que me honréis verdaderamente cada día, porque el Señor me ha elevado a la dignidad más alta a la que puede ser elevada una criatura. Al hacerme Su Madre, me ha colocado en una posición que nadie más que Yo puede ocupar.
Al hacerme Su Madre, Dios Me ha exaltado por encima de toda la creación y ha obrado en Mí maravillas tan elevadas que ni siquiera puedo explicarte la grandeza de estas maravillas.
Al conducirme a la dignidad de Madre de Dios, viniendo a habitar en Mi Costado, el Verbo se unió a Mí de un modo tan profundo, intenso, fuerte y misterioso, que aunque éramos dos, era como si fuéramos uno. Y aunque de naturalezas diferentes era como si tuviéramos un solo corazón, una sola alma, una sola gloria.
Y por eso en Mí y en Mi unión con Mi Divino Hijo Jesucristo reside uno de los mayores misterios, el mayor misterio de Nuestra Santa Fe Católica. Pues el Verbo, encarnándose en mi grey virginal y haciéndose hombre, ha realizado verdaderamente los más excelsos misterios y sacramentos que no podréis comprender plenamente en esta vida. Por eso, el conocimiento de este misterio está reservado para la eternidad, para aquellos que Me aman más, Me prefieren más, Me quieren más, Me sirven más y son más devotos de Mí y, especialmente, del Misterio de mi Divina Maternidad.
En este nuevo año que nace, Yo, la Madre de Dios, os invito a contemplar más mi excelsa prerrogativa de ser la Madre del Absoluto. Y que en esta contemplación os perdáis, es decir, que vuestras almas se hundan tan profundamente en la contemplación de este Misterio que se ahoguen en el mar de esta grandeza tan grande que el Altísimo me ha concedido sólo a Mí y a nadie más.
Que este año cumpláis lo que Yo, la Madre de Dios, os he dicho Aquí a lo largo de todos estos años: ¡Santificaos! ¡Convertíos! Cortad de una vez por todas con todo pecado. Seguid el camino de la perfección y de la obediencia a Dios y a mí, para que seáis escuchados en el día de vuestras aflicciones.
Si escucháis la iniquidad y el pecado en vuestros corazones, el Señor no os oirá. Por tanto, recorred el camino de la gracia, del amor, de la penitencia, de la oración. Y, sobre todo, acelerad vuestra conversión, porque pronto los Ángeles Segadores se extenderán por las naciones de la tierra y ¡ay de aquellos por donde pase su hoz! Sí, muchas naciones serán castigadas este año por sus pecados.
Muchas personas que han pecado todo el tiempo burlándose tranquilamente de Dios se verán sorprendidas de repente por un Castigo repentino. Así pues, arrepentíos, apresurad vuestra conversión, pues no hay más tiempo que perder.
Cada día el demonio gana más terreno y almas, el mundo empeora cada día y tú sigues paralizado, aparcado en tus vanidades, aficiones, juegos, jugando con tu salvación eterna.
Hoy os invito a emprender de verdad una nueva vida de conversión, de oración, de penitencia y de verdadero amor a Dios.
No quiero que sufras en el futuro, por eso te digo Convertíos sin demora y apresurad vuestra conversión.
En este momento os bendigo amorosamente a todos desde Lourdes, La Salette y Jacareí.
Paz Mis amados hijos, paz Marcos, el más esforzado y obediente de Mis hijos".
(Marcos): "Hasta pronto, querida Madre.
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