sábado, 23 de noviembre de 2013

Mensaje De Santa Lucía De Siracusa (Lucia) - Comunicado Al Vidente Marcos Tadeu - 156ª Lección De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora

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Rosario Meditado De La Misericordia

Hora de las Benditas Lágrimas de la Madre de Dios

Hora Santa De La Paz

Jacareí, 23 de Noviembre de 2013

156ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

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Mensaje De Santa Lucia De Siracusa (Luzia)

(Marcos): "Sí, sí. Sí, lo deseo. ¿Y para cuándo lo desea Ella? Sí, es que estaba esperando a que esa otra persona terminara su parte. Entiendo que sí. Sí, lo haré sí. ¿La de Fátima? Sí, haré sí".

(Santa Lucía): "Amados hermanos Míos, Yo Lucía, me alegro de poder estar hoy con vosotros para bendeciros y daros Mi paz. De nuevo vengo a llamaros para que abráis vuestro corazón al Amor de Dios, que es tan grande y que tiene tanto deseo de morar en vuestro corazón y en vuestra alma y, a través de vosotros, irradiar a todos los demás corazones y almas del mundo. Este Amor sólo desea que abráis la puerta de vuestros corazones y Él entrará en vosotros y realizará en vosotros tantas cosas extraordinarias y tantas gracias que os hará verdaderamente Santos.

El Amor de Dios quiere vivir en vosotros, quiere crecer en vosotros, quiere producir en vosotros frutos de santidad para mayor gloria de Dios, de Él mismo, para mayor bien de la salvación de vuestras almas, por eso quiere que le acojáis, quiere que le deis libertad para actuar en vosotros para que luego os transforme en grandes Santos.

Muchas son las almas que rezan, muchas son las almas que dicen «Señor, Señor», muchas incluso desean el Amor de Dios, pero cuando este Amor quiere actuar en vuestras vidas y cumplir la santa voluntad del Señor en sus vidas, estas almas cortan la libertad del amor y de la gracia de Dios para actuar en ellas, cortan la libertad de Dios para hacer en ellas lo que Él quiere y por eso el Amor de Dios en muchas almas no pudo producir los frutos de conversión y de santidad que deseaba, porque las almas se cierran al Amor de Dios, se cierran a Su voluntad cuando se dan cuenta de que Dios quiere quitar de sus vidas lo que no Le agrada y quiere poner en sus vidas lo que es de Su voluntad para la santificación y salvación del alma.

Así pues, Mis amados hermanos, no coartéis la libertad del Amor y la Gracia de Dios para actuar en vuestras vidas, sino dad a Dios plena libertad para realizar en vosotros lo que Él quiera, para eliminar de vuestra vida todo lo que impida que Su gracia actúe en vosotros, que Su plan se realice en vosotros. Por tanto, despréndete de todos los deseos desordenados de tu corazón, para que Dios pueda encontrar realmente en tu alma plena libertad para actuar y realizar todo lo que Él quiera.

El Amor de Dios quiere vivir en ti, este Amor es tan dulce, es tan suave para el alma que lo desea, para el alma que le abre su corazón, para el alma que lo deja actuar libremente en ella y Dios entonces guía al alma cada vez más suavemente y al mismo tiempo firmemente por el camino de la Oración, del Amor, y el alma se vuelve cada vez más encantada por este Amor, y cuanto más este Amor ilumina las potencias del alma, revelándole Sus secretos, Sus misterios, Su belleza, Su altura, Su profundidad, Su extensión, Su luz, tanto más el alma entonces se apasiona por Él y desea aún más entregarse a Él. Y entonces empiezan a aparecer en el alma los frutos de este amor en pura transformación: alegría, gozo, paz, amor, caridad, mansedumbre, suavidad, profundidad, sabiduría, fortaleza, longanimidad y todos los demás Dones y Frutos del Espíritu Santo, el Amor de Dios en pura transformación.

Entonces, el alma se embriaga, queda como absorbida en el mar del inmenso amor de Dios, y el alma entonces se desmaya y se siente traspasada por los dardos del Amor de Dios como Santa Teresa de Ávila. Y el alma verdaderamente goza, se regocija, se exulta en el amor de Dios y como leña arrojada al fuego arde en el amor de Dios y más desea arder, y estas llamas místicas de amor, cuanto más arden en el alma, más la hacen desear consumirse en el Amor de Dios.

El Amor de Dios en pura transformación lleva al alma a superar la prueba de las apariencias contrarias, es decir, cree en lo que Dios le ha dicho, en lo que Dios le ha ordenado a través de Su Palabra, a través de los Mensajes de Él y de Su Madre, también a través de la Doctrina de la Fe que cree incluso cuando todo le muestra lo contrario, incluso cuando todo quiere decirle que aquello en lo que cree no es correcto y es una ilusión. El alma supera también la prueba de los contratiempos, es decir, se enfrenta con fe varonil a todo lo que viene contra su fe, contra su deseo de entregarse totalmente a Dios, todo lo que viene contra su deseo de pertenecer sólo a Dios, y el alma supera entonces todos los contratiempos con la fuerza del amor en pura transformación que hay en ella. Este amor hace al alma verdaderamente imbatible, infatigable, y avanza cada día más por el camino de las virtudes sin detenerse, sin dejarse esclavizar por nada, sin dejarse engañar por nada, ni desviarse de la meta que Dios y Su Santa Madre le han mostrado.

Es este amor ardiente, poderoso, profundo, intenso, eterno y altísimo el que deseo encender en vuestros corazones en nombre de Dios. Venid a Mí, dadme vuestro corazón, y Yo encenderé en él esta llama del Amor de Dios, de la que Yo mismo he estado lleno toda Mi vida, y de la que he ardido. Quien desee amor en pura transformación, que venga a Mí y Yo se lo daré, porque Yo lo poseo sin medida y puedo dárselo a cualquiera, a cualquiera que Me lo pida.

Venid a Mí y encenderé de tal modo vuestro amor a Dios que seréis capaces de las mayores obras, de los mayores sacrificios, de las mayores renuncias e incluso de las mayores locuras de amor santo por Él, por Dios.

Bendigo a todos en este momento con amor y especialmente te bendigo a ti Marcos, el más trabajador y dedicado de Mis devotos, el más obediente de los siervos de la Madre de Dios y os bendigo a todos vosotros que con tanto amor ahora me escucháis, me amáis y deseáis verdaderamente seguirme por el camino de la santidad, desde Catania, desde Siracusa y desde Jacarei.

(Marcos): «Paz y hasta pronto amada Santa Lucía».

Transmisiones en Directo Desde El Santuario De Las Apariciones En Jacarei - Sp - Brasil

Transmisión diaria de las «Apariciones» en directo desde el Santuario de las Apariciones de Jacareí

Lunes a Viernes, 9:00 Pm | Sábado, 2:00 Pm | Domingo, 9:00 Am

Entre semana, 09:00 Pm | Los sábados, 02:00 Pm | Los domingos, 09:00Am (Gmt -02:00)

25 de noviembre - Día de Santa Catalina de Alejandría - Meditemos su mensaje dado en las apariciones de Jacareí, Brasil - Jacareí, 7 de febrero de 2009 Capilla del Santuario de las Apariciones de Jacareí, Brasil Mensaje de Santa Catalina de Alejandría dado al vidente Marcos Tadeu Teixeira

Jacareí, 07 de febrero de 2009

Capilla Del Santuario De Las Apariciones De Jacareí/Sp

Mensaje De Santa Catarina De Alejandría

Comunicado Al Vidente Marcos Tadeu Teixeira

Mensaje de Santa Catarina De Alejandría

"Amados hermanos, Yo, Catalina de Alejandría os bendigo hoy con Amor.

Soy la Esclava del Señor y la Madre de Dios y junto con Ella y con San José, Mi Amadísimo Padre a quien he amado también todos los días de Mi vida, derramo sobre vosotros las Gracias y Bendiciones que hoy el Omnipotente Me ha concedido, para derramarlas sobre vosotros. Di Mi vida por Cristo por Amor, sólo a través del Amor el hombre se diviniza, es decir, se une tanto a Dios que se hace partícipe de Su gloria y felicidad eternas en el Paraíso.

El hombre sólo puede llegar a Dios, sólo puede elevarse a Dios, por el Amor. Quien no tiene Amor Divino, no ha conocido a Dios, ni podrá verlo sin velos en el Paraíso.

El Amor Divino, el Amor Sobrenatural, es el Tesoro más grande que puede tener el alma humana, más estimable que todos los bienes de este mundo. Por eso, quienes lo poseen, lo poseen todo. Los que no lo poseen, aunque lo tengan todo, aunque posean todas las riquezas de la tierra, ¡no tienen nada, no poseen nada, no son nada, y en la Vida Eterna no serán nada! El amor, cuando se da, no mira hacia atrás para ver cuánto ha dado, ni cuánto ha dado al Señor. El amor no mira lo que ha hecho la mano derecha. El amor no cuenta cuánto ha sacrificado ya, ni cuánto se ha inmolado por el Señor, sino que el amor sólo busca darse más y más, darse, darse. El amor que es verdadero no se cansa. El Amor que es verdadero no se agota. El Amor que es verdadero por el Señor y por la Santísima Madre no piensa en cuánto le queda por dar o por terminar la carrera.

El Amor por el Señor no se aparta de su fin para mirar las efemérides de este mundo. El amor que es verdadero sólo mira a Dios, se nutre en Dios, se alimenta de Dios, y este fuego de amor, cuanto más arde, cuanto más arde por Dios, más desea aún arder y arder. El amor divino a Él nada puede compararse. Ni siquiera la sabiduría humana, ni siquiera la elocuencia de los mortales, ni siquiera todas las Naciones, con toda su opulencia y majestad, ni todas ellas juntas pueden compararse a una Chispa de Amor Divino. Fue este Amor el que conocí y por el que ardí, fue este Amor el que Me llevó a dar testimonio de Cristo e incluso a dar Mi vida por Cristo, Mi Señor, Mi Dios y Mi Todo. Vosotros también podéis ser bienaventurados como Yo y poseer el Amor Divino como Yo, abriendo vuestros corazones, renunciando a vuestra voluntad, amando a Dios más que a vosotros mismos, olvidándoos de vosotros mismos, para que entonces, la gracia de Dios pueda encontrar vuestros corazones vacíos de los apegos y amores ilusorios del mundo para que entonces, allí, pueda crecer y germinar.

Estas Apariciones de Jacareí tienen como finalidad principal: enseñaros este Amor, daros este Amor, conduciros a este Amor que el mundo ya ha olvidado, que el mundo ya no conoce, porque se ha alejado de Dios, porque se ha alejado de la Fuente del Amor Verdadero, sofocándolo, matándolo con los falsos amores de la Tierra. La finalidad de estas Apariciones es llevarte a ser fuegos místicos de Amor por Dios y por la Madre de Dios. Por eso se dan al mundo tantas Apariciones, tantos Mensajes, tantas ayudas Divinas Aquí y se seguirán dando hasta que El Señor encuentre Su Amor Divino viviendo y creciendo en las almas que Él ha llamado hacia Sí, para que entonces puedan poblar el Paraíso en el Lugar de los que una vez estuvieron allí y cayeron, y de los que fueron llamados al Cielo, pero prefirieron el mundo y la perdición. Vosotros, hijos Míos, vosotros, hermanos Míos, vosotros... debéis tener este Amor en vosotros, vivir de este Amor, pedir este Amor, buscar este Amor.

Este Lugar debe ser un Jardín de Amor, este Lugar debe ser un Templo de Amor, una Ciudad Mística de Amor y vosotros estáis llamados a tener este Amor Divino en vosotros. ¡Ven a Mí, ruégame! Pídeme Mi ayuda, Mi guía y Mi Consejo, para que pueda conducirte y guiarte hacia este Amor Verdadero. Te ayudaré inspirándote lo que debes hacer, morir a ti misma, tener valor y fuerza, renunciar a tu yo, a tu voluntad, para que seas cada vez más dócil a la voluntad del Señor. Y entonces, día tras día subirás los peldaños de la Escalera de la Santidad de Mi mano y llegarás seguramente a la gloria eterna, donde todos Nosotros los Santos te esperamos, donde todos los Ángeles, donde la Madre de Dios y Dios Mismo te esperan llenos de Amor para luego ser felices juntos para siempre...

Os bendigo a todos con Amor, especialmente a ti Marcos, hoy te doy en nombre de la Madre de Dios y del Señor Mismo una nueva bendición particular, única, exclusiva para ti por los 18 Años de tu obediencia, fidelidad y servidumbre de Amor a Dios, a la Madre de Dios, al Cielo y a la salvación de las almas. Ahora, en este momento derramo sobre vosotros tesoros de bendiciones secretas y particulares, que el Todopoderoso y la Madre de Dios Me han concedido".

(Marcos): «¿Desean Vuestras Majestades algo más de Mí hoy?» (pausa) ¡Oh, sí! ¡Lo deseo! (pausa) Sí Señora, esperaré... Hasta más tarde... Vuelve pronto sí!"

Catharina De Alejandría Virgen, Mártir, Santa

c. 300-c. 318

Catalina, noble virgen de Alejandría, nacida hacia el año 300, unió desde su más tierna edad el estudio de las artes liberales con el ardor en la fe. La perfección de su sabiduría, así como su santidad, era tal que a la edad de dieciocho años podía medirse con los maestros más sabios de su tiempo.

En aquella época, muchos cristianos, por orden de Maximino, fueron sometidos, a causa de la religión cristiana que habían adoptado, perseguidos, torturados hasta el martirio.

Catalina, no pudiendo soportar estos repetidos ataques, estas violencias gratuitas contra sus hermanos en la fe en Cristo, no dudó en manifestarse ante el emperador romano, acudiendo a su palacio, y quejándose ante él de los malos tratos sufridos por los cristianos, demostrándole con seguridad y argumentos irrefutables que la doctrina de Cristo era saludable para las almas.

Maximino, asombrado ante tanta sabiduría y prudencia, la retuvo en su palacio y mandó llamar a las personalidades más sabias que conocía, prometiendo sustanciosas recompensas a quienes pudieran convencer a Catalina del error en lo que ella afirmaba con firmeza y convicción.

Acudieron, numerosos, pero todos fueron confundidos por la sabiduría y persuasión de la joven egipcia. Peor aún para Maximino, la mayoría de ellos incluso se convencieron con los argumentos expuestos por Catalina y se convirtieron, provocando así la ira del emperador, que no estaba nada convencido de que la fe cristiana pudiera ser una unión de amor entre todos aquellos, ya bastante numerosos, que seguían las enseñanzas de Jesús.

Intentó convencerla él mismo, primero con buenas palabras y luego con amenazas, pero fue en vano, pues Catalina, inflamada por el amor a Cristo, se mantuvo firme en su postura, prefiriendo mil veces la muerte a la apostasía.

Viendo que no conseguía nada, Maximino la mandó azotar y luego la encerró en prisión, sin comida ni bebida, durante once días.

La esposa de Maximino y Porfirio, jefe de la milicia, fueron a visitarla a la cárcel y salieron de ella convertidos, lo que provocó la ira de Maximino, que los mandó matar.

(Como venganza hizo que le trajeran a Catalina, y utilizando una rueda dentada quiso cortarla en pedazos. Pero todos los dientes de la rueda -formada por lanzas y trozos de espada- se rompieron sin que la joven sufriera daño alguno. Este hecho fue motivo de la conversión de muchos de los que presenciaron el martirio.

Entonces, en el colmo de su furia, ordenó que la atravesaran con la espada.

El martirio de Santa Catalina de Alejandría -que presentó valientemente su cabeza al verdugo que iba a decapitarla- tuvo lugar el séptimo día de las calendas de diciembre.

La tradición cuenta que, inmediatamente después, los Ángeles del Cielo vinieron y llevaron el cuerpo de la mártir por el monte Sinaí.