Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 15 de septiembre de 2013
Mensaje De Nuestra Señora Y Santa Valélia Mártir De Rávena- Comunicado Al Vidente Marcos Tadeu - 91ª Promoción De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora
Jacareí, 15 de Septiembre de 2013
91ª Promoción de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora
Mensaje De Nuestra Señora Y Santa Valeria (Casada - Mártir De Ravena)
(Marcos): "Sí, lo haré. Sí, lo haré".
Imagen familiar de la Reina y Mensajera de la Paz
(María Santísima): "Amados hijos Míos, hoy que ya conmemoráis el Aniversario de Mi Aparición en La Salette, os bendigo con todo el amor de Mi Corazón Inmaculado y vengo de nuevo a deciros: Mi Aparición en La Salette es para vosotros un gran signo, es un signo de los tiempos, es un signo que os indica que se acerca un gran acontecimiento, que se acerca una gran manifestación divina que coincidirá con el Triunfo de Mi Corazón Inmaculado y la venida del reino de Jesús a la tierra, por eso vengo a enseñaros a reconocer los signos de los tiempos en vuestro tiempo para que apresuréis vuestra conversión y os preparéis para entrar en la tierra nueva, en el mundo nuevo que Mi Hijo Jesús y Yo os estamos preparando y trayendo.
Mis Apariciones en La Salette son el signo de los tiempos, el signo de la gran Mujer vestida de Sol, revestida del esplendor mismo del Sol de Justicia que es Dios, con la luna bajo sus pies, coronada de estrellas y que tiene la misión de luchar contra el gran dragón infernal que la persigue y lucha contra Ella y sus hijos y que tiene la misión de vencerlo y aniquilarlo. Esta Mujer, que soy Yo, y que fue prefigurada en el Apocalipsis, soy la Señora, la misma Señora que Mis hijitos Maximino y Melanie vieron en la Alta Montaña de La Salette y que ahora se muestra a esta Sierva Mía, a este hijo Mío. Esta Señora vestida de sol que os habla, debe luchar ahora contra el dragón y vencerle, aplastar su cabeza y dejarle cada vez más impotente para que ya no dañe a Mis hijos, ni a las almas, ni a la tierra. Por eso vine llena de poder y de gloria en Mi aparición de La Salette y, desde entonces, en tantos miles de Mis apariciones en todo el mundo, para llamaros a uniros a Mi ejército de oración, de penitencia, de renuncia a vosotros mismos, de renuncia al pecado, para que seáis cada vez más fuertes, más fuertes que la tentación, más fuertes que las seducciones del mundo, para que entonces Yo pueda actuar verdaderamente a través de vosotros y liberar a Mis pobres hijos que aún están cautivos en las garras de Satanás a través de vosotros. Sólo podéis liberar a otros que ya están libres, sólo podéis curar a otros que están sanos, si aún estáis atrapados en el pecado, si aún estáis enfermos en el pecado ¿cómo podéis liberar a otros y cómo podéis curar a otros?
Por eso os digo hijitos: liberaos de todo pecado, tomad las medicinas que os doy aquí en Mis Apariciones para curaros de vuestra enfermedad espiritual, para que entonces, libres, fuertes y sanos, podáis ayudar a Mis hijos que aún están presos en el pecado y que ya están tan enfermos de espíritu que incluso están muertos y en descomposición.
Estas almas muertas pueden ser resucitadas por el poder de Mi Llama de Amor que es el Espíritu Santo, a través de ti, si Me das tu sí, si Me dejas actuar a través de ti. Entonces, venid a Mí, renunciando a vosotros mismos, renunciando al mundo, siendo verdaderamente desinteresados, estando verdaderamente desprendidos de todas las cosas vanas y de todas las cosas pecaminosas, para que, superando vuestras malas inclinaciones al pecado, crezcáis cada día más en Mi amor, en el amor de Dios, en la gracia, en las virtudes, en la santidad que tanto desea el Señor. Entonces, Yo actuaré poderosamente a través de vosotros, transformándoos en los Apóstoles de los Últimos Tiempos de los que hablé en La Salette, llevándoos a todos a ser verdaderamente: sal de la tierra, luz del mundo y salvación para tantas almas que sin vuestro sí se perderán seguramente.
Mis Mensajes y Mi Aparición en La Salette son el signo de los tiempos para vosotros que el demonio, Mi adversario, ha resucitado del abismo infernal con todos los demás espíritus inmundos y se ha extendido por la tierra haciendo desaparecer el Rosario de las familias, haciendo desaparecer la oración dentro de la Iglesia, Las flores de los conventos están podridas como dije en La Salette, ya no hay ministro digno de Dios, para ofrecer la víctima inmaculada al Padre Eterno.
¿Quién, pues, puede salvarse si Dios no interviene? Sólo Yo y las almas valientes que acepten sufrir, reparar, rezar, luchar Conmigo, sólo Nosotros podremos aplacar la ira del Altísimo, obtener Misericordia para tantas almas necesitadas y atraer al mundo un nuevo tiempo de gracia y de salvación. Por eso os he llamado aquí, para que seáis Mis valientes soldados, que Conmigo oréis, Conmigo luchéis contra el mal, Conmigo llevéis cada día la Cruz del sufrimiento, sufrimiento aceptado y ofrecido en expiación por los pecados del mundo para que, ofreciendo a Dios un gran poder, podamos todos acelerar la hora de Su intervención en el mundo, para liberarlo de esta gran dominación, de esta gran dominación satánica que ahora se cierne sobre él.
En verdad, pronto aplastaré a Satanás, pero esto no será sin dolor y sufrimiento, un gran fuego caerá del Cielo para purgar la tierra, para purgar a la humanidad, para purgar a la Iglesia, para purgar a las familias, y todos los que estén en pecado amando lo que a Dios no le gusta perecerán en este gran fuego que caerá durante una gran oscuridad, que durará 3 días y 3 noches sobre la tierra. Guardad muy bien todas estas Imágenes que bendigo aquí para vosotros, guardad muy bien estos Rosarios que bendigo aquí para vosotros, estas Medallas, guardad todo esto muy bien, porque en esos días de oscuridad en los que no brillará ninguna luz, os darán la luz, no sólo la luz natural, sino la luz de la protección divina, y ningún demonio podrá acercarse a vosotros y a vuestros hogares. Aquí mismo ya os he dado la señal de la Medalla de un hijo Mío que brillaba en su pecho, teniendo esta Medalla dentro de sus ropas para deciros que en los días de gran oscuridad Mis Medallas de la Paz, la Medalla de Mi Esposo José y todas las Medallas que os he ordenado llevar Aquí brillarán y os protegerán de los demonios, de las tinieblas venenosas y del fuego del Cielo. Así como la Sangre del Cordero protegió al pueblo de Dios en Egipto de la furia del Castigo vengador del Altísimo, así también estos objetos sagrados os protegerán del gran Castigo que se desencadenará en aquellos días. Donde estén estos objetos bendecidos por Mí, allí estaremos vivos Yo y los Ángeles, velando por vosotros, cuidando de Mis hijos y protegiéndoos de todo mal.
El fuego que caerá del Cielo destruirá dos de las tres partes de la humanidad, sólo quedará un tercio, porque los corazones son duros e incluso después de 160 años de Mi Aparición llorando en La Salette, pocos son los que atienden Mis peticiones, pocos son los que tienen fe en Mis Advertencias, pocos son los que se convierten y cambian de vida. Dios ya no puede soportar tanto pecado, tanta indiferencia hacia Él y hacia Su Amor, tanta traición de Sus hijos, ya no puede soportar tantas injusticias cometidas por los malvados contra los justos que aman a Dios, que Me aman a Mí y que quieren vivir en paz en el camino de la Oración, de la bondad, de la honestidad y de la santidad. Así pues, Dios va a hacer caer Su fuego, y Yo os digo hijos Míos Ay de aquellos sobre los que caiga, sería mejor que no hubieran nacido, será peor que ser cortados cien veces por el fuego, maldecirán su vida llevada sin Dios, pensarán en Mis apariciones, pero ya será demasiado tarde, y Yo seré sordo a sus gritos de dolor, y no os ayudaré, porque mientras les gritaba, mientras lloraba por ellos, mientras les daba Mis mensajes para que se salvaran, no hicieron caso de Mis advertencias. Por eso, en ese momento Yo seré el juez vengador al lado de Dios, de todos aquellos que amaron el pecado e hicieron que otros amaran el pecado despreciando a Dios, despreciando Su Ley de Amor y crucificando de nuevo a Mi hijo en la Cruz.
Por eso, os pido hijos Míos, convertíos sin demora, Yo soy vuestra Madre y sufro con vuestros sufrimientos, no quiero veros sufrir en el futuro, por eso os digo: convertíos sin demora y apartaos de todos aquellos que niegan Mis Apariciones, de aquellos que os dicen que no es pecado desobedecer Mis Mensajes, porque esto es un pecado mortal a los Ojos de Dios y los pensamientos de Dios no son los mismos que los pensamientos de los hombres. Aléjate de todos aquellos que te dicen lo contrario de lo que dicen, porque son agentes de Satanás que están contigo para conducirte a la perdición de tu alma, al fuego del infierno. No quiero que seas castigado en este mundo y en el otro, por eso te digo que tomes en serio Mis advertencias, te conviertas sin demora y cambies de vida.
En todo, en la escuela, en el trabajo, en casa, en la oración, en la religión, en todo sed celosos, perfectos, trabajadores y caprichosos para que nadie se queje de vosotros y podáis dar un buen ejemplo al mundo. En vuestras casas, sed organizados, limpios, ordenados, celosos, porque siendo celosos en lo poco seréis celosos en lo mucho, y vuestra casa, que es el reflejo de vuestro interior, debe mostrar, debe indicar a todos lo pura, lo ordenada, lo inmaculada y perfumada de santidad y virtudes que debe ser el alma de Mis hijos, el corazón de Mis hijos.
Sed como los santos, que eran perfectos y celosos en todo, tanto en lo poco como en lo mucho, y porque eran celosos en lo poco, Dios les confió mucho, mucho más de lo que pedían. Sed, hijos míos, celosos en vuestra misión y daréis a Dios el verdadero amor, la verdadera adoración que Él quiere de vosotros, que es la adoración de las obras, porque a Dios le gusta el amor de las obras, le gusta la adoración de las obras y no sólo el amor de la adoración de las palabras. De hecho seréis juzgados por vuestras obras de santidad y no por vuestra boca, porque muchos dicen una cosa con la boca y con las obras dicen otra, y Dios sólo pesará vuestras obras. Así que sed celosos y fieles en lo poco, y seréis fieles en lo mucho.
Os quiero mucho hijos Míos y quiero que ahora se conozca como nunca Mi aparición de La Salette, vosotros junto con Mi hijito Marcos ya habéis hecho una gran labor, dando a conocer a miles y miles de hijos Míos a lo largo de estos años que el vídeo de Mi aparición fue realizado por Mi caballero, por Mi siervo, por Mi hijito Marcos, y ahora debéis ir aún más lejos, llevando esta aparición Mía al conocimiento de todos, haciendo que todos vean el lugar de Mi aparición en La Salette, Mi rostro en lágrimas, Mi mensaje, Mi gran secreto, para que de esta manera. Amadme, corresponded a Mi Amor, secad Mis Lágrimas y quitad de Mi Corazón las espadas de dolor que el mundo talla en él sin cesar, minuto a minuto.
He puesto toda Mi esperanza en ti, eres Mi última esperanza, la última esperanza de la tierra, por eso aquí, en Mis Apariciones en Jacareí, he confiado tantas misiones importantes a Mi pequeño hijo Marcos, para dar a conocer Mis apariciones en La Salette, en Lourdes, en Pontmain, Fátima, Montichiari y todas las demás, porque aquí soy verdaderamente amado, consolado, obedecida glorificada y correspondida por este pequeño hijo Mío que hace 22 años Me dio su sí, perseveró en él y lo mantuvo incluso bajo el peso aplastante de la cruz que el mundo puso sobre sus hombros y también soy perfectamente amada, glorificada, amada y obedecida por todos vosotros Mis hijos que siguiendo el ejemplo de Mi pequeño hijo Marcos Me amáis, Me correspondéis y dais vuestro más fiel, generoso y sincero sí a Mi Corazón.
Aquí, en vosotros, donde he puesto Mi gran esperanza, sé que no seré defraudado por Mi hijito Marcos, ni por vosotros, porque tengo la plena convicción de que vuestros corazones, aunque todavía llenos de defectos, quieren ser Míos, y que Yo soy verdaderamente vuestro tesoro.
Así pues, hijos míos, ponedme a Mí en primer lugar con mis apariciones, y no escuchéis a nadie que os diga que debéis poner mis apariciones en último lugar, o que hay otras cosas más importantes que hacer, ¡no! Poned en primer lugar Mis Apariciones y lo que Yo os diga y entonces veréis cómo Dios responderá a vuestras oraciones y todo se os dará por añadidura.
Yo, vuestra Madre, la Señora de las Lágrimas de La Salette, os bendigo ahora y os digo: Continuad rezando el Rosario porque sólo el Rosario puede dar paz en las familias, las familias están destruidas y en ellas ya no hay amor porque el Rosario ha desaparecido de las familias, los padres sólo piensan en los placeres, las madres educan a sus hijos sólo para los placeres del mundo y para ser personas modernas sin Dios, los hijos odian a su padre y de ellos sólo quieren dinero y bienestar, así el mundo no tiene paz. El amor ha desaparecido de las familias porque Dios ha muerto en las familias, las familias han asesinado al Señor quitando la oración del rosario y poniendo en su lugar sólo juegos, programas inmorales, canciones inmorales y vicios. Haced que la oración vuelva a vuestras familias y entonces Dios estará vivo entre vosotros y dará a vuestras familias: unidad, comprensión, armonía, paz, alegría y un amor tan fuerte que seréis capaces de dar la vida los unos por los otros.
Haced que la oración vuelva a vuestros corazones, y el desierto reseco de vuestras almas, que ha vivido tanto tiempo sin orar, se convertirá en un exuberante jardín de gracia, belleza y santidad, donde Yo vendré a habitar.
Os bendigo a todos en este momento con amor desde La Salette, desde Fátima y desde Jacareí".
Santa Valeria (Mártir de Rávena)
(Santa Valeria): "Marcos, Yo Soy Valeria la Romana, la mártir, que estaba casada y que dio su vida por Cristo y por la Madre de Dios. Siguiendo el ejemplo de la otra Mártir Valeria que ha estado antes aquí con vosotros, vengo también a bendeciros y a daros Mi Mensaje. Exulto de alegría al hablaros hoy, porque hace mucho tiempo pedí a la Madre de Dios la gracia de estar aquí con vosotros, y hoy vengo a deciros: Amad al Amor que os eligió y que os ha dado tantos privilegios, bendiciones y favores.
Ama al Amor que se entregó totalmente a ti en la Cruz, derramando toda su Sangre por ti, hasta la última gota. Amad al Amor que se entregó totalmente a vosotros para vuestra salvación y que aún hoy os sigue llamando desde el Cielo a través de Su Santísima Madre, y a través de Nosotros los Santos y que os sigue diciendo: 'con Amor eterno os he amado, con Mi propia Sangre os he redimido, de toda iniquidad os he sacado, os he traído al camino de la salvación, sois Míos, por vosotros cambio los reinos, por vosotros entrego las naciones. ' Este Amor Divino que te ha mirado aquí con tanta Bondad y Misericordia, hoy está a la puerta de tu corazón, llama y espera tu consentimiento para entrar, de ti no desea más que tu sí, que el permiso para que Él tenga la libertad de actuar en tu vida, para tomar de ella lo que quiera y poner en ella lo que quiera. Si das esta libertad al Señor, si das este sí a Su amor, entonces Él entrará y realizará en ti tantas maravillas como realizó en los apóstoles y en la gente que les escuchaba el día de Pentecostés. La Llama de Amor del Corazón de la Madre de Dios, que es el Espíritu Santo mismo, brotará poderosamente de tu corazón como brotó del Mío, e incluso los que no creen quedarán confundidos en su incredulidad, igual que Yo con Mis palabras confundí al prefecto romano que Me torturó, que Me martirizó y Me quitó la vida. Y así como Yo recibí la fuerza interior de la Llama de Amor del Señor, de la Madre de Dios que es el Espíritu Santo que Me dio fuerza, para enfrentarme incluso a la muerte cruel, Ella también os dará la fuerza interior para renunciar a todo el pecado que aún anida en vosotros y todas esas serpientes venenosas del pecado saldrán de vuestro corazón y seréis verdaderamente libres, Seréis dueños del mundo, y nada, ni la tentación, ni la seducción, ni nada de este mundo tendrá poder para dominaros, seréis libres y gozaréis de esa paz, de esa felicidad que sólo tienen los que conocen al Señor Jesús, los que conocen a la Madre de Dios y que verdaderamente están en gracia de Dios.
Yo, Valeria, te quiero tanto y estoy contigo en todo momento, sufro con tus sufrimientos porque soy tu hermana, quiero tu bien, y cuando sufres mi corazón también se llena de tristeza. Venid a Mí en cada momento de vuestros sufrimientos y Yo os aliviaré, y si en ese mismo momento no puedo liberaros de la prueba y del sufrimiento porque todavía no es la voluntad del Señor, al menos os daré la fuerza interior para soportar el sufrimiento con paciencia y fe heroica, hasta que alcancéis la gracia de la Victoria por la gracia de Dios.
Yo estaré con vosotros siempre y en todo momento, si Me invocáis os ayudaré, si sois dóciles y os dejáis guiar y conducir por Mí os conduciré a una gran santidad para la mayor victoria del Señor en el mundo.
Apresurad vuestra conversión, porque el tiempo pasa deprisa y ahora correrá aún más deprisa, porque el Señor quiere purificar pronto al mundo de sus crímenes y pecados, y llevar a todos los que son verdaderamente Suyos, al nuevo tiempo de paz, donde no entrarán los malvados, los que son seguidores de Satanás, los que toman los bienes de su prójimo, los que atentan contra la vida de su prójimo, los que codician los bienes de su prójimo, los que cometen adulterio, los que fornican, los que blasfeman, los que obran contra Dios, para mal todos los días de su vida. Éstos no entrarán en el cielo, así que arrepentíos sin demora, para que el Señor, que vendrá como un ladrón, no os coja por sorpresa como cogió a la gente que vivía en la época del diluvio, cuando perecieron todos de un golpe y en un momento. Convertíos sin demora y venid a Mí todos los miércoles, rezando con amor la Hora de los Santos, para que Yo pueda bendeciros cada vez más, protegeros, santificaros y enseñaros a ser perfectos a los ojos del Señor.
A todos vosotros en este momento os bendigo con amor".
(Marcos): "Hasta pronto. Hasta pronto amada Santa Valeria".
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