sábado, 18 de junio de 1994

Mensaje de Nuestra Señora profetiza la Cueva y la Fuente de Gracia

Queridos hijos, hoy de nuevo, vengo a invitarlos a la Paz del corazón. Esta ciudad, tan querida para mí, fue elegida y escogida.

Queridos hijos, esta 'Obra Santa Mía', de hecho, comenzó en Fátima. A Mis Tres Pequeños Pastores, confié el inicio de esta Misión muy difícil.

Cuando el Milagro del Sol confirmó Mi presencia en la Cova da Iria, todos creyeron, y Mi Mensaje se hizo conocido por todos.

Unos años más tarde, en respuesta a Mi más ardiente Llamamiento, Mi Peregrina MTA de Fátima pasó por todas las regiones de la tierra, invitando a Mis hijos a la oración, al sacrificio, a responder a Mis llamadas. No fue simplemente una Imagen la que vino, sino Yo Mismo, que vine a ayudar a Mis hijos.

Cuando pasó por aquí, queridos hijos, mi predilección por (.) Todos pasaron ante la Imagen, para darme sus besos. Fue allí que busqué a alguien para elegir, alguien en quien depositaría Mi 'Semilla', para que, en su debido tiempo, germinara y pudiera manifestarme.

Tú, hijo mío, no sabías nada de esto, pero, de todos los que pasaron, ¡fuiste quien más me agradó! Te vi con todo tu sufrimiento, ¡hijo mío! Tu alma inocente y pura me encantó, y me alegró ver un alma tan cándida como las flores puras y luminosas de los campos del Señor.

En aquel día, en ti, coloqué el 'FUEGO' del Espíritu Santo. Tres años más tarde, en su debido tiempo, el DIVINO Don despertaría.

La Aparición de Fátima es el comienzo, y este Lugar es la conclusión de los Mensajes de Fátima.

Justo aquí, hay personas consagradas en el momento del bautismo a Mí, con ese nombre. Esta Mi Ciudad pronto se transformará en un 'saco de Gracia', y 'este Lugar', santificado por Mi Presencia, será el punto, desde donde extenderé Luz Mística por toda la Tierra.

Se construirá una Gruta Mía, y el AGUA que emana de ella curará muchas enfermedades, principalmente del alma.

En un Templo dedicado a Mí. (No puedo revelar)

En este Lugar, verteré todo Mi AMOR. ¡Es la Matriz de la Inmaculada Concepción! En ella, derramo torrentes de Gracia y Bendiciones.

Hijos Míos, ¡tengan confianza! ¡Todos ustedes son 'preciosos' para Mí! ¡Los amo infinitamente!

Recen el Rosario todos los días. ¡Es la oración que vine a pedir del Cielo! Hijos Míos, ¡abran sus corazones!

Los bendigo a todos con profundo AMOR, en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. (pausa) ¡de Fátima! y de Jacareí".