Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

martes, 8 de diciembre de 2015

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Brescia, Bs, Italia

 

A mediodía, la Santísima Virgen apareció rodeada de muchos ángeles. Tenía su largo manto abierto y extendido sobre cada uno de nosotros. Durante la aparición, me habló de algunas cosas personales y yo le rogué mucho por Itapiranga. Entregué en sus manos aquel lugar santo, donde Ella se había manifestado varias veces a mí y a mi madre, para que lo cuidara y se hiciera siempre allí la voluntad de Dios. La Virgen me miró maternalmente y en su mirada comprendí cuánto desea que sus hijos comprendan la importancia de su presencia en ese lugar, pero que hasta este momento, muchos no son conscientes de ello y un día, Dios cobrará a cada uno, por las gracias que no aprovecharon para su conversión y santificación. La Santísima Madre dijo:

Itapiranga es para aquellos que creen y acogen mis mensajes con corazón de niño y que son humildes ante mí, su Santísima Madre, como quiere el Señor, para hacerme reinar entre mis hijos que recurren a mi intercesión y protección maternal. En esta obra nunca permanecerán los orgullosos y los incrédulos, porque sólo los que crean en mis palabras maternales, sin dudar jamás, permanecerán en pie hasta el final, cuando el mundo sea renovado por mi Hijo, por el soplo del Espíritu Santo.

Antes de partir, la Madre Inmaculada abrió aún más su manto protector y brilló con más fuerza que el sol dijo:

¡Aquí, todo estará siempre protegido por mi amor!

Lentamente, se elevaba hacia el cielo y la multitud de Ángeles que la acompañaban entonaban el himno que los italianos conocen: ¡O Maria, mostra speranza! ...

Por la noche, después del rezo del rosario de las 20:30 en casa de una amiga, donde había mucha gente reunida en oración, la Madre amada volvió de nuevo, por segunda vez, para transmitirnos su llamada:

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hijos míos, yo vuestra Madre Celestial vengo a pediros que sigáis ofreciendo vuestras oraciones y sacrificios por la conversión del mundo y la salvación de las almas.

Hijos míos, escuchad mis súplicas. Dejaos cuidar por mí, y yo os guiaré hacia aquél que es vuestra verdadera vida.

Hijos míos, la oración os acerca a mi Hijo Jesús, así que sed de mi Hijo abriéndole vuestros corazones.

Hijos míos, deseo vuestra conversión, deseo vuestra felicidad, por eso me manifiesto en muchos lugares del mundo para mostraros el camino que conduce a él, pero muchos de vosotros permanecéis sordos a mi voz y no me obedecéis. Rezad hasta que la oración sea vuestra fuerza y os dé la gracia de pertenecer totalmente al Señor. Os amo y os bendigo con la bendición de la paz. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La Virgen, antes de partir, me dijo:

El mundo se dirige hacia un gran abismo, el abismo de la perdición. Las familias que viven en pecado no irán al cielo. Muchos deben dejar ciertos pecados para merecer la gracia y el perdón de Dios. ¡Convertíos, convertíos, convertíos!

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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