viernes, 20 de noviembre de 2015

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Moncalieri, To, Italia

Hoy vino Jesús con Nuestra Señora. Vestían túnicas de color blanco. Les acompañaban Santa Margarita María Alacoque, Santa Juana de Arco, Santa Catalina de Siena y San Francisco de Asís. Durante la aparición, Nuestra Señora, junto con los santos, oró ante Jesús por nosotros y por el mundo, para que nos concediera su perdón, su paz y su amor. La presencia de los santos me hizo comprender que Santa Margarita y Santa Juana rezaban por Francia, y Santa Catalina y San Francisco rezaban por Italia. Jesús me dio el siguiente mensaje

¡Mi paz sea con todos vosotros!

Mis pequeños, aquí está mi Sagrado Corazón que tanto ama a los hombres, pero que no es amado.

Yo soy el Rey del cielo y de la tierra y vengo con mi Santísima Madre, la Reina de las Reinas a mendigar un poco de vuestro amor.

No endurezcáis vuestros corazones pecando. El pecado no puede daros la verdadera felicidad, sino la muerte eterna.

No deseéis el pecado, porque el pecado os lleva a la perdición. Anhelad Mi amor: el amor que os salva y os libera. Cuántos tienen el alma arruinada, porque son desobedientes.

Les pido que obedezcan lo que mi Madre ha venido a comunicarles. Ella viene a deciros mi llamada de amor a todos vosotros.

Os he llamado a mi Corazón hace muchos años, pero aún no os habéis refugiado en él, porque olvidáis fácilmente lo que os digo.

Renunciad al mundo y al pecado, y entonces vuestros corazones estarán abiertos para recibir mis gracias, mi paz y mi amor.

El mundo, que no quiere rendirse a mi amor, pronto será purificado por su rebelión y desobediencia.

Soy misericordioso, pero también soy justo, y mi amor, por el bien de sus almas, también sabe corregirlas, para que no se pierdan para siempre.

Rezad, rezad el rosario a mi Santísima Madre y ella, junto con San José, obtendrá de mi Divino Corazón la paz y la vida para vuestras almas.

Volved a vuestros hogares con mi bendición: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.