miércoles, 11 de noviembre de 2015

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Hoy, la Santísima Virgen vino una vez más para bendecir y transmitir su mensaje al mundo. Tenía una fisonomía triste y algo seria. Sus palabras eran las de una Madre que nos aconseja con aprensión, esperando que la escuchemos cuanto antes y hagamos sin demora lo que nos pide. Esta noche me ha hablado de una parte del noveno secreto y me ha mostrado acontecimientos más detallados sobre el destino de la Iglesia y lo que está por venir en un tiempo muy próximo.

¡Paz mis amados hijos, paz!

Vengo del cielo para deciros que sin conversión, sin oración y sin reparación el mundo no puede cambiar y volver a Dios.

Si los pecados siguen creciendo en proporciones terribles la humanidad pasará por su peor momento y sufrirá mucho.

Hijos míos, escuchadme. Sed vosotros los primeros en obedecer a Dios y en no herirle con pecados terribles. Sed los primeros en alegrar el Corazón de mi Hijo y no en ultrajarlo. Llevad mis palabras maternales a vuestros corazones y Él mirará al mundo y aún os concederá su misericordia.

Cambiad de vida y empezad a vivir lo que os digo con mayor compromiso. Si yo no hubiera venido a vosotros, a bendeciros, hace tiempo que Italia estaría cargando con una pesada cruz, pero mi presencia maternal aún ha eliminado un gran azote. Pero yo os digo: volved, volved a Dios, y no permanezcáis sordos e indiferentes a lo que os digo. Cambiad, mientras aún podáis renovar vuestros corazones en el amor de Dios. Rezad, rezad, rezad. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.