Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
martes, 29 de mayo de 2012
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Comune di Vigolo, BG, Italia

¡Paz, mis queridos hijos!
Hijos míos, el tiempo de gracia llega a ustedes y a sus familias, pero a menudo lo despreciáis porque pecan y ofenden a mi Hijo Jesús.
¿Por qué aún no os habéis decidido por Dios y el reino de los cielos? ¿Por qué aún no estáis unidos? ¿Por qué a menudo todavía tenéis miedo de hablar de mis mensajes a vuestros hermanos y hermanas, permitiendo al enemigo impedir que caminéis hacia Dios?
No, hijos míos, ¡no seáis así! Tened fe, buscad con vuestros corazones el amor de Dios, porque el amor de Dios puede salvar a vuestras familias y al mundo de todo mal. Nada es más poderoso que este amor puro y santo. Incluso si todo el infierno se desatara sobre vosotros con toda su fuerza, pero si tenéis el amor de Dios en vuestras vidas y amáis, nada puede dañaros ni tocaros. Creed, hijos míos, ¡creed!
El amor de Dios es poderoso y destruye las fuerzas del infierno. El amor de Dios derriba todas las barreras y os hace personas santas, portadoras de la paz divina.
Orad, orad, orad, porque muchos de mis hijos hieren el Sagrado Corazón de Jesús porque no aman y no quieren abandonar la vida de pecado.
Hijos, os he dicho muchas veces: el pecado mata. El pecado está trayendo grandes castigos al mundo. No dejéis que el diablo os engañe, hijos míos. No os dejéis engañar por el enemigo que lucha contra los planes de vuestra Madre celestial, porque quiere destruiros y llevaros a los fuegos del infierno.
Combatid al diablo rezando el rosario, viviendo los mandamientos de Dios y viviendo una vida unida a Dios. Cada pecado que cometen los hombres trae al mundo un gran castigo: un castigo que la humanidad nunca ha experimentado y que será único. No permitáis que yo y mi Hijo Jesús lloremos por vosotros, a causa de vuestra rebelión y desobediencia. Cambiad vuestras vidas, ¡ahora! Dios os llama. Escuchad su santa llamada, y el mundo se convertirá.
Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!
Nuestra Señora estaba con una expresión muy triste. Su Corazón Materno sufre por todos aquellos que no quieren escuchar y vivir sus llamadas seriamente. Muchos no entienden la importancia de este tiempo de gracia y aquellos que podrían ayudarla difundiendo sus mensajes todavía permanecen en silencio, por miedo o vergüenza de ser ridiculizados o perseguidos. No debemos temer a la cruz, a la calumnia o a la persecución, sino que debemos tener el coraje de los santos para proclamar las maravillas de Dios a nuestros hermanos y hermanas. Dios nos cargará, por todo lo que hemos recibido de su Bendita Madre, con gracias y bendiciones, y, por todo lo que no hemos hecho para ayudar a nuestros hermanos que estaban en la oscuridad del pecado, a causa de nuestra cobardía y omisión.
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