viernes, 8 de diciembre de 2006

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, Yo soy la Inmaculada Concepción, la que fue elegida por Dios para ser la Madre de su Unigénito Hijo. Vengo del cielo esta tarde para deciros que Dios está atento a vuestras súplicas y hoy os concede grandes gracias, pero para ello debéis acoger su divino mensaje y vivirlo profundamente. Os pido que renunciéis a los vicios del mundo: quien fuma, que deje de fumar; quien bebe, que deje de beber; quien vive en impureza, que viva una vida pura para Dios; quien comete adulterio, que se arrepienta sinceramente de estos terribles pecados.

Soy Yo quien quiere ayudaros en todo, queridos hijos. Escuchad mis llamadas y sed mi eco para llevar los mensajes de paz y amor a vuestros hermanos y hermanas que están en la oscuridad del pecado. Ayudad a vuestra Madre Celestial a convertir a vuestros hermanos y hermanas.

Os digo, pequeños hijos: He venido a ayudar a todos mis hijos que necesitan mi ayuda maternal, para infundir en sus corazones un gran amor por mi Hijo Jesús, que ama profundamente a la humanidad y envía a su Madre Celestial aquí en Amazonas para bendecirla desde aquí.

Amazonas, Amazonas, sois especiales para Dios. Por eso he bajado del cielo en Itapiranga. Dios tiene grandes planes para cumplir en vosotros, Amazonas. Cuando mi Hijo Jesús baje del cielo Amazonas, desde Brasil seréis los primeros privilegiados.

Orad, orad, orad, queridos hijos, porque mi Hijo Jesús va a cumplir grandes cosas en Amazonas. Veréis grandes maravillas y cosas que nunca habéis visto antes. Yo, la Madre de Dios, os bendigo con la bendición de la paz, para que podáis prepararos dignamente en este adviento con fe, amor y devoción. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!