martes, 21 de octubre de 2014

Martes 21 De Octubre De 2014

Mensaje de la Santísima Virgen María dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

La Santísima Madre dice: «Alabado sea Jesús».

"A estas alturas debería estar claro que todos los males de la Tierra son el resultado directo de la circunvolución de la Verdad en los corazones. Todo conflicto -toda facción- es el resultado de la falsedad contra la Verdad -el mal contra el bien. Lo que ha causado este conflicto es la redefinición que el hombre ha hecho del pecado y de la «libertad», y el deseo de complacer a los que viven en la falsedad. Las opiniones de la gente se han vuelto más importantes que las Leyes de Dios [los Diez Mandamientos]".

"En medio de toda esta confusión, os traigo esta Misión del Amor Santo, que ofrece la solución a todos los problemas mediante el viaje espiritual a través de las Cámaras de los Corazones Unidos. Queridos hijos, si os preocuparais de vuestro propio viaje espiritual, la situación del mundo mejoraría. La espiritualidad de cada corazón contribuye a la espiritualidad del mundo entero. No hay momento en el tiempo que pase sin tirar de la Misericordia de Dios o incitar a Su Justicia. Con el esfuerzo de cada uno puede llegar el cambio, pero debéis rezar, hijos míos".

"Rezad para que el mal sea reconocido como mal. Rezad para que la vida humana sea valorada como un don de Dios. Rezad para que la Verdad reine en los corazones de los dirigentes y para que el pecado se defina claramente como pecado."

"Yo, tu Madre, te llevo en Mi Corazón. Permíteme protegerte del mal que compromete la Verdad".

Lee 1 Corintios 4:6

Arrogancia al redefinir las enseñanzas y las Escrituras

He aplicado todo esto a mí mismo y a Apolos en vuestro beneficio, hermanos, para que aprendáis por nosotros a no ir más allá de lo que está escrito, a fin de que ninguno de vosotros se envanezca en favor de uno contra otro.

Lee 1 Tesalonicenses 2:3-4

Porque nuestro llamamiento no procede de error ni de impureza, ni se hace con engaño, sino que, así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confíe el Evangelio, así hablamos, no para agradar a los hombres, sino para agradar a Dios, que prueba nuestros corazones.