viernes, 22 de agosto de 2014

Fiesta de la Realeza de la Bienaventurada Virgen María

Mensaje de la Santísima Virgen María dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

La Santísima Virgen dice: «Alabado sea Jesús».

Nuestra Señora está vestida de oro y blanco con muchos destellos en Su Manto (probablemente estrellas).

"Hoy, mientras celebramos juntos Mi Coronación, daos cuenta, Mis queridos hijitos, de que el Cielo visita este lugar no sólo para algunos, sino para todos. Incluso los más alejados de Mi Corazón Inmaculado son Mi preocupación y los más merecedores de Mi atención de Madre".

"Hoy deseo dirigirme a los corazones impregnados de orgullo que no están dispuestos a considerar la realidad de los esfuerzos del Cielo aquí. Tal vez tengáis vuestra propia posición o ministerio en el mundo y os resulte más ventajoso alinearos con aquellos de importancia en el mundo que no están de acuerdo con esta aparición. Os recuerdo que es el respaldo del Cielo lo que necesitáis para prosperar en vuestros esfuerzos. No os dejéis convencer para afiliaros al error. Buscad siempre la Verdad".

"El denominador común de muchos falsos discernimientos es el miedo a la pérdida de reputación. Defender la Verdad requiere mucho valor frente a la opinión popular; pero Jesús no os llama a ser populares, sólo a ser veraces."

"Cada uno de vosotros, hijos Míos, tiene la capacidad de ser un guerrero de la Verdad. No os resignéis a la mediocridad y a perderos la gracia del momento presente. Buscad la Verdad y defendedla a pesar de la oposición. Vuestra reputación en el Cielo debe ser vuestra preocupación, no vuestra reputación en el mundo".

Lee 2 Timoteo 1:13-14

Sigue la pauta de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor que son en Cristo Jesús; guarda la Verdad que te ha sido confiada por el Espíritu Santo que mora en nosotros.

Lee 1 Tesalonicenses 2:4

Pero así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confíe el Evangelio, así hablamos, no para agradar a los hombres, sino para agradar a Dios, que prueba nuestros corazones.