sábado, 11 de enero de 2014

Ven Santísima Trinidad

Mi amor Mi hermosa, te quiero mucho a ti y a todos Mis hijos. Gracias por escribir los dos últimos mensajes cuando no tenías ganas. Mi Hijo te dijo hace años que los sentimientos y las emociones no significan nada. Lo que importa es la obediencia. Te lo digo por el bien de todos los que leen estos mensajes. En estos tiempos en los que estamos, no esperéis sentiros bien o tener muchas emociones buenas en todo momento. En los días venideros habrá mucho sufrimiento y muchas tentaciones y acoso de satanás. Centra tu mente en las cosas de arriba y en ser obediente a la voluntad de Mi Padre Celestial. Sólo así podrás hacer frente a muchas de las cosas que van a suceder en América. Clama a Mí, tu Madre, o al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. No encontrarás fuerza en nada de la tierra, salvo en lo que viene directamente del Cielo. Mantén tu mente centrada en el Cielo y en las verdades del Cielo. Vive los 10 Mandamientos y recibe los sacramentos con la mayor frecuencia posible. Intenta confesarte lo más a menudo posible y asistir a Misa los domingos y cualquier otro día que puedas. Tu fuerza vendrá de los sacramentos instituidos por Dios. E invoca a tus ángeles de la guarda en todo momento. Únete también a San Miguel y a todos los ángeles y santos del Cielo. Invócalos a todos para que te ayuden cuando lo necesites. Será todo el Cielo el que te ayude a superar la gran tribulación. Tienes que unirte al Cielo para salir de ésta. El Cielo es tu fuerza no el mal de la tierra. Permanece unido a buenas personas santas en las que puedas confiar y reza por todos los que viven en pecado profundo. Queremos salvar a todos en la tierra pero todos tienen que pedir ayuda y admitir su pecaminosidad para que nosotros en el Cielo podamos transmitirles gracias. Por favor, lee el Salmo 46 y el Salmo 51 con las manos abiertas a la bendición de Dios. Esto es todo por ahora. Amad a la Madre María a través del corazón de la Santísima Trinidad. Este es otro mensaje para ayudar a todos nuestros hijos. Amor de todo el Cielo.