jueves, 12 de abril de 2012

Santísima María, Alto de Guarne, Antioquia.

Niños, Vístanse con su Armadura Espiritual, Sellense con la Sangre de Mi Hijo y Cúbranse con el Escudo de Mi Santo Rosario, pues la Batalla Espiritual ha Comenzado.

Mis niños, que la paz del Señor esté con ustedes y mi protección maternal los ayude siempre.

Mis niños, los días, meses y años, se volverán más cortos; permanezcan unidos en oración a su Padre y Madre celestial y todo sucederá de acuerdo a la voluntad de Dios. Un gran evento que moverá los cimientos de la iglesia está a punto de ocurrir, sin embargo, ustedes, pueblo de Dios, no pierdan su fe, ni su paz; más bien, que su fe sea férrea y que permanezcan fieles a la doctrina de la Iglesia y al Evangelio de Mi Hijo.

Cuando llegue el ataque a la iglesia, necesito que estén unidos en oración conmigo, con nuestro amado Miguel, con los Ejércitos Celestiales de Ángeles y Arcángeles y con el ejército Triunfante y Purgatorio, para ser un muro que no permita que las fuerzas del mal prevalezcan contra la santa iglesia católica, apostólica y romana, constituida por Mi Hijo.

EL MAGNIFICAT

Mi alma magnifica al Señor. Y mi espíritu se ha regocijado en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la humildad de su sierva; pues he aquí desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada. Porque el que es poderoso ha hecho grandes cosas por Mí; y Santo es su nombre. Y su misericordia es de generación en generación, a los que le temen. Ha mostrado poder en su brazo: Ha dispersado a los soberbios en la concepción de su corazón. Ha derribado a los poderosos de su trono, y ha exaltado a los humildes. Ha llenado a los hambrientos con bienes; y a los ricos los ha enviado vacíos. Ha recibido a Israel su siervo, teniendo en cuenta su misericordia: Como habló a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre. (Lucas 1. 46-55).

Mis niños, toda esta armadura espiritual unida con su fe, ayuno y penitencia, no permitirá que las fuerzas del mal derriben los cimientos de la Iglesia de Mi Hijo. Muy pronto su Madre vestida con el sol, los guiará en el combate espiritual; no sientan que están solos, estoy con cada uno de mis hijos fieles a la Santísima Trinidad y a Mí. Seré su capitana que los guiará hacia la victoria y hacia las puertas de la Jerusalén celestial. Mis niños, vístanse con la Armadura Espiritual, sellense con la Sangre de Mi Hijo, y cúbranse con el escudo de Mi Santo Rosario. Pues la batalla espiritual ha comenzado.

Consagren su ser físico, biológico, psíquico y espiritual a Mi Inmaculado corazón; hagan la oración a mi consagración todos los días y noches y confirmen todo esto con la oración que bien conocen, pero que deseo recordarles:

Mi Reina y Mi Madre, me doy enteramente a ustedes, y, en prueba de mi afecto, les doy mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, todo mi ser sin reserva. Ya que soy suyo, guárdeme y protéjame, como su propiedad, y posesión. Amén.”

Con la Preciosa Sangre de Mi Hijo sellen sus hogares y familias, para que durante el tiempo en que la tierra será sacudida, sus hogares no sufran ningún daño y sus familiares permanezcan bajo la protección del Dios Altísimo. Desde ahora, hagan la oración a la Sangre Bendita de Cristo. Rebaño de Mi Hijo, adelante, sigan a su Madre y conjuntamente con la oración del Santo Rosario, juntos venceremos toda fuerza del mal. Que mi bendición esté con ustedes y la paz de Dios esté con todos ustedes. Su Madre, Santísima María.