domingo, 6 de julio de 2014

Capilla de la Adoración

Hola Señor Jesús, siempre presente en el Santísimo Sacramento. Te adoro y te alabo, mi Señor y mi Dios. Gracias porque hoy estamos aquí contigo, Jesús. Te pido por todos los que están muriendo, Señor, y por los que morirán cuando ocurra la calamidad de la que me hablaste la semana pasada. Por favor, lleva muchas, muchas almas al Cielo. Señor, por favor, ayuda a los demás a alcanzar y ayudar a los que resulten heridos y/o sobrevivan a este acontecimiento. Gracias por Tu presencia para todas y cada una de las personas, Señor. Te necesitamos y dependemos de Ti para todo. Alabado seas, Jesús.

"Hija mía, has pasado una semana difícil. He estado y estoy contigo en todas tus necesidades". Gracias, mi Señor y mi Dios. "De nada, hija Mía. Gracias por perseverar. Puse a muchas personas en tu camino esta semana para que llevaran Mis gracias, y lo hiciste bien. Acogiste a cada persona con calidez y amor. Envié a uno de Mis hijos para animarte, y tú a él". Gracias, Señor. Eres considerado, amable y generoso.

Jesús, ¿tienes algo que quieras decirme hoy? "Sí, hija Mía. Sigue rezando la Novena de la Divina Misericordia por las almas, especialmente por las que perecerán en la calamidad que se avecina. Muchos perecerán y comparecerán ante Mí en su juicio el día del acontecimiento. Muchos perecerán también después. Reza por ellos, hija Mía. Sus almas están en juego. Muchas almas que sobrevivan habrán perdido a seres queridos. Los supervivientes también necesitan tus oraciones. Reza para que no se vuelvan amargados y resentidos, pues deseo que se acerquen a Mí. Muchos Me culpan a Mí, su Dios, cuando algo va mal, pero no Me dan las gracias por las bendiciones que les concedo. Yo no soy la causa del mal y, sin embargo, hay quienes se apresuran a culparme del mal. Es una época extraña la que vives, hijita Mía. Hay agitación espiritual y tensión por todas partes. Permanece en paz, pues tú y los demás hijos Míos no sois de este mundo. Yo os traigo Mi paz. Lleva Mi paz a los demás. La gente de este tiempo carece de paz y unidad. Mis Hijos de la Renovación deben dar Mi paz, Mi amor a los demás. Estableced contacto visual y sonreíd a todas las personas que os encontréis, aunque sólo sea de pasada, pues este mundo es cada vez menos humano, y cuando saludáis a alguien con amor se afirma y se muestra valor por él como hijo de Dios. Amo tiernamente a todos Mis hijos. Anhelo que los que están alejados de Mí se acerquen a Mi Sagrado Corazón. Hija mía, reza por tus hermanos y hermanas. Pide a los santos del

Cielo que envíen gracias para la conversión. Escucho las oraciones de Mis hijos, todas y cada una de ellas.

Las oraciones de Mis hijos son preciosas para Mí. Hija mía, estás experimentando un gran número de cambios personales; en tu lugar de trabajo, en tu familia y en tu círculo de amigos. Un cambio de este grado en tantas facetas de tu vida causa estrés y tensión. Incluso los buenos cambios afectan a una persona. Estoy permitiendo esta experiencia para que sientas el impacto y seas más empático cuando otros experimentan cambios. Cuanto más confíes en Mí y aprendas a aceptar los cambios en el curso normal de los acontecimientos, más aprenderás el desapego y la confianza en Mí, tu Señor y Salvador. Esta es una lección importante que debes aprender y la experiencia es la mejor maestra. Has de saber que tu Jesús te está preparando para la transición a la misión que Dios Padre tiene para ti y para tu marido. Allí pasarás por muchos cambios y eso continuará la «lección» que te llevará al tiempo de mayor transición y cambio: el tiempo de las grandes pruebas. Como resultado, serás mucho más comprensiva y paciente con los que están a tu cuidado. Estos niños y sacerdotes experimentarán una tremenda agitación en sus vidas y necesitarán vuestra paciencia y comprensión mientras superan sus experiencias, las muchas pérdidas y las dificultades causadas por vuestro gobierno y el del Orden Mundial Único. Sí, hija Mía, me has oído bien. Tu gobierno es corrupto y colabora con el Orden Mundial Único. Esta es la herramienta del mal para apoderarse y finalmente destruir el mundo que Dios Padre creó. Pero Él no permitirá que llegue tan lejos, hija Mía". Gracias, Señor, porque no permites que el mal reine plenamente. ¡Alabado sea Dios!

"Hija mía, me doy cuenta de que no te encuentras bien. Tu Jesús lo sabe todo. Debes descansar y recuperarte. Dale tiempo a tu cuerpo para que sane y se recupere. He permitido esta lesión para que confíes en Mí. No te preocupes si necesitas ausentarte del trabajo. Es una oportunidad para descansar y rezar. Todo irá bien. No pudiste controlar las circunstancias de tu vida. Es imposible, pues no eres Dios. Lo sabes, por supuesto, pero te lo digo para disipar cualquier sentimiento de culpa que puedas tener por necesitar tiempo para cuidar de tu cuerpo físico. Sólo eres humano. No permitas que nadie transfiera sobre ti sus sentimientos de inadecuación, pues sólo puedes hacer lo que Tu Jesús te indique y lo que Él te permita. Cada persona haría bien en centrarse en su propio camino hacia Mí y el mundo estaría mucho más en paz. Tal como están las cosas, tú eres responsable de tu trabajo Conmigo, de tu familia, de tu vocación y de tu trabajo y eso debes hacerlo lo mejor que puedas dentro de lo que puedas controlar. Es muy poco lo que puedes controlar, pero en lo que puedes, tus propias acciones, tus palabras, tu comportamiento, ésa es tu área de responsabilidad. Aparte de eso, déjamelo todo a Mí. Hago que suene sencillo y, sin embargo, dirías que no es fácil. ¿Estoy en lo cierto?" Sí, Señor, como siempre. "Hija mía, no es fácil a menos, claro está, que se haga como Yo

digo. Si uno se centra en el área que está dentro de su esfera de control, y todo el resto Me lo confía a Mí, las cosas se vuelven muy sencillas. Lo estás aprendiendo con cada lección que te doy. Continúa confiando en lo que digo y sígueme. Todo irá bien. La confianza es fundamental, hija Mía. Confía en Mí, tu Jesús. Lo resolveré todo para el bien de tu alma".

"Gracias por ofrecerme tu sufrimiento. Me complace que aproveches esta oportunidad para salvar almas, hija Mía. El más pequeño acto de sufrimiento ofrecido amorosamente a Mí ayudará a las almas. Hazlo a menudo, pues hay muchos que necesitan tal regalo. Deseo que todos Mis seguidores Me ofrezcan cada acción, sacrificio y sufrimiento en beneficio de las almas que están lejos de Mí. Di a los demás que Yo, Tu Jesús, te lo pido en este momento crucial de la historia". Sí, Señor, gracias.

"Muchas almas están en juego. Corderito mío, una vez más te recalco el acontecimiento devastador que ocurrirá en tu país. Comprendo que no necesites que te lo recuerden. Pero te lo repito para subrayar la importancia de tus sacrificios y oraciones. También os lo digo para prepararos, pues el impacto de esto llegará lejos y a todas partes. Rezad, queridos hijos. Rezad por vuestros hermanos y hermanas". Señor, lo siento por las muchas personas que no te conocen ni te aman, Jesús. Eres digno de amor, alabanza y adoración. Te adoramos Señor, y Te alabamos.

Gracias por todo lo que has hecho y haces por nosotros, Tus pobres hijos. Eres todo bondad y mereces todo nuestro amor. "Hija mía, acepto tus alabanzas y las recibo en Mi Sagrado Corazón. Te doy las gracias por tu amor, hija Mía. Ovejita mía, tu Jesús lo comprende todo. Te amo y te agradezco el don de tu presencia para Mí. Tú eres Mi pequeña amiga y Yo soy el tuyo. Conozco todas y cada una de las luchas a las que te enfrentas. Las afrontamos juntos". Gracias, Señor. "Cuando la oración y la adoración son una lucha, significan mucho más para Mí. Hiciste un sacrificio aún mayor para estar aquí Conmigo, aunque en realidad querías acostarte y descansar. Si lo hubieras hecho, lo habría comprendido, pues conozco tu dolor y tu sufrimiento. Viniste a pesar de ello y Me ofreciste todo a Mí, Tu Jesús. Esto es agradable y beneficia a muchas almas, hija Mía. Tu Jesús te lo agradece muy sinceramente". Jesús, no quisiera estar en otro lugar, puedo descansar más tarde. Gracias porque Tú das al sufrimiento un sentido y una finalidad. Te alabo por Tu bondad, Señor. Te alabo por Tu misericordia. Te amo, Señor.

"Hija mía, ahora te enfrentas a muchas tentaciones. Invoca a San Padre Pío para que te ayude. El maligno quiere atormentarte. No le creas. Ni siquiera escuches los pensamientos y los miedos que te infunde, porque él es el autor de las mentiras. Yo soy la verdad. Yo soy el amor. Yo soy la paz. Soy misericordia. Amo y cuido tiernamente de Mis hijos y de ti, Mi ovejita. Estaré contigo y estaré muy cerca de ti durante esta semana. Te ruego que descanses todo lo posible. La semana siguiente estará llena de mucha actividad y me gustaría que descansaras bien esta semana". De acuerdo, Señor Ayúdame a descansar y haz que pueda hacerlo a pesar de mi trabajo y de todo lo que hay que hacer. "Esta semana no hay trabajo para Mí, pequeña, salvo tus oraciones diarias, el rosario familiar y la Coronilla de la Divina Misericordia. Te concedo un descanso muy necesario y una pausa en la carga de trabajo que se te ha confiado. Utiliza bien este tiempo para retirarte, descansar y rezar. Te doy Mi permiso e incluso te ordeno que lo hagas. Esto es importante y necesario para prepararte para el trabajo adicional que vendrá. Te amo y dirijo tus pasos, corderita Mía. Confía en Mí. Me gustaría que tu cónyuge también descansara. Habrá tiempo para trabajar en la casa la semana que viene. Esta es una semana para descansar, en la medida de lo posible. Yo, Tu Jesús, os cobijaré a los dos y os proporcionaré un camino. Trabajad cuando debáis en vuestros empleos, ocupaos de vuestra familia y de vuestro jardín, etc., y luego descansad. Disfrutad de la compañía mutua. Vuelve a centrar tu vida esta semana en tu familia y retírate de cualquier otra actividad. Es un tiempo necesario, y yo te lo permito y te lo pido. Veo vuestro cansancio y os agradezco vuestro duro trabajo sirviéndome. Hay mucho más trabajo necesario que no puedes hacer, sin esta semana de descanso. Sé que es difícil, pero confía en Mí que sé lo que es bueno para ti". Sí, Jesús. Gracias por preocuparte de nuestra salud y de nuestras necesidades físicas. Te amamos. "Te amo, hija Mía. Amo a Mi hijo, también a tu marido, y a toda tu familia. Todo irá bien. No temas la próxima semana porque Yo, Tu Jesús, estoy contigo. Ahora soy tu barómetro y puedo actuar como medidor de tu necesidad de descansar. Me estáis sirviendo bien, queridos Míos. Sin embargo, sois humanos y necesitáis tiempo para descansar, como todos los humanos. Yo también lo necesitaba cuando caminaba por vuestra Tierra. No conoces tus límites y Yo te ayudaré con esto". Gracias, Jesús. Te quiero. "Disfrutad los unos de los otros esta semana y centraos en vuestra pequeña familia. Es tiempo que os permito y os proporciono". De nuevo, te doy las gracias, Jesús.

"Corderito mío, este tiempo de preparación ha sido difícil. Te ha pasado factura y, sin embargo, esto es sólo un pequeño presagio de lo que será más adelante. Descansa ahora y renueva tus fuerzas. Tu cuerpo necesita más de una semana, tal es tu privación de sueño , pero no hay tiempo para más de una semana de descanso. Tú y tu familia tenéis mucho trabajo que hacer, así que, de nuevo, te insisto en que descanses esta semana siempre que sea posible. Lo necesitas, al igual que tu marido. Pasad tiempo juntos en casa al abrigo de Mi amor y protección. Más adelante recordaréis con mucho cariño estas veladas tranquilas en vuestro hogar. Añoraréis estos días y serán un recuerdo feliz. Pronto llegará el tiempo de las grandes pruebas y la fuerza que saquéis de estos días os ayudará a todos a salir adelante. No temáis. Sólo se necesita confianza. Os quiero. Cuento con vosotros. Os necesito a vosotros y a todos Mis hijos. Te agradezco tu amor y tu servicio. Id ahora en Mi paz. Este no tiene por qué ser un mensaje largo, hijos Míos. Tenemos mucho trabajo que hacer, pero por hoy, esto es todo. Id en Mi misericordia y con Mi amor. Os bendigo". Gracias, Jesús mío Te agradecemos Tu dirección, Tu amor y Tu misericordia.