Mensajes a los Hijos de la Renovación, EEUU

 

domingo, 8 de junio de 2014

Capilla de la Adoración

 

Jesús, es bueno estar aquí contigo en esta hermosa Capilla de la Adoración, que es un lugar de lo más tranquilo. Te adoro y te alabo, Señor. Feliz fiesta de Pentecostés, Jesús. ( ..... diálogo personal con Jesús omitido.)

"Hija mía, hoy estás preocupada por muchas cosas y por muchas personas. Entrégame todas tus preocupaciones y no te preocupes. Ten fe en Mí. Ten confianza en Mí, tu Jesús. Yo actúo en la vida de tus seres queridos y en todas las situaciones".

(Nota: A Jesús le preguntaron por los amigos y también por alguien que había muerto...) "Sí, hija Mía, ésta es una apreciación acertada y que ya habías hecho anteriormente cuando te enteraste de que alguien había muerto. Tus pensamientos acerca de que Me los llevo al Cielo para perdonarlos son acertados. Yo perdono a aquellos hijos Míos que sé que han sufrido terriblemente en estos días o que se alejarían de Mí. Me llevo a Mis hijos cuando sus almas están más preparadas para abandonar la tierra, ya sea porque han completado el trabajo que Yo les he encomendado o porque dejarlos más tiempo no sería una causa de mayor santidad, sino que, de hecho, se alejarían de Mí o no tendrían tanto celo en sus corazones. Me llevo a Mis hijos cuando, y sólo cuando, es lo mejor para su alma. Amo a todos Mis hijos y hago lo que es mejor para su futuro en el Cielo. "Gracias, Jesús.....

(Nota: diálogo sobre el deseo de conocer y caminar con Jesús en Su tiempo... ) "Hija mía, Mi Padre planeó para siempre la edad en que sería creado cada uno de Sus hijos. A cada persona se le da un don específico para utilizarlo en Su reino en un momento concreto de la historia. Tú estabas destinada a estar aquí, ahora, pues éste es el momento en que se te necesita. Comprendo lo que dices, hijita Mía, pues amas a tu Jesús y quieres caminar Conmigo por el camino de Emaús, escuchar Mis parábolas, hacerme preguntas y cogerme de la mano en tu viaje. Somos amigos, corderita Mía, y es natural que los amigos que se aman quieran estar juntos, y por eso vienes a la Adoración para estar cerca de Mí y para que Yo pueda estar cerca de ti de la manera más significativa. Cuánto me complace que tú y tu marido paséis tiempo Conmigo cada semana. Aunque Me amáis, es muy desinteresado por vuestra parte ponerme a Mí en primer lugar, incluso antes que el uno al otro. Os amo, queridos Míos, y vuestro Jesús aprecia el gran regalo que es vuestro tiempo. Lucháis incluso mientras escribís esto, pues no podéis imaginar que hacéis un gran regalo a vuestro Señor".

Señor, comprendo que Tú nos animas y que nos das las gracias, igual que un buen padre da las gracias a sus hijos por su buen comportamiento, aunque deban emplearse a fondo. Tu amor, Tu alegría, las cosas más pequeñas son un misterio para mí. Tú, que creaste los Cielos y la tierra y a todos los seres humanos y criaturas, te deleitas en las cosas más pequeñas. Ahora entiendo por qué se nos ha pedido que nos volvamos como niños pequeños en pureza y alegría, pues si lo hacemos, o espero que cuando lo hagamos, llegaremos a ser como Tú. Es la primera vez que lo comprendo, Jesús. Qué hermoso eres y qué maestro tan amable y paciente. ¡Caramba! Cuando aprendemos a amar y a aceptar a las personas y los acontecimientos con la confianza y la apertura de los niños pequeños, nos parecemos más a Cristo. Ahora creo que estoy empezando a comprender. No sé por qué he tardado tanto en comprender este concepto. Supongo que porque no parece natural comparar al Dios todopoderoso, omnisciente y siempre presente, que creó el universo y todo lo que hay en los Cielos y bajo los Cielos de la nada, con un niño, pero ahora me resulta tan evidente. Eres santo, puro, alegre, sin prejuicios en Tu amor por nuestras almas, siempre misericordioso, bondadoso, perdonador y nos aceptas incluso cuando hemos pecado. Esta pureza de corazón es la que Tú quieres que tengamos, y la que yo veo y oigo en Ti. Gracias por la gracia de comprender esto, Jesús. Tú eres siempre el maestro benévolo. Te amo, Mi Señor y Mi Dios.

"De nada, corderito Mío. Muchas veces has estado a punto de ver esto. Pero ahora que te has familiarizado mucho más con Mi naturaleza has hecho la conexión. Hay muchos más conceptos que quiero que aprendas, pero ahora tienes un nuevo marco en el que ver las cosas desde una perspectiva celestial. Todo lo bueno en la naturaleza y en las personas apunta hacia Mí. Puedes ver Mis características en otras cosas y personas, y cuando los humanos alcanzan estas cualidades debería servir para elevar sus corazones y mentes hacia Mí, pero la gente está demasiado ocupada hoy en día. Las familias están demasiado comprometidas tanto con su tiempo como con sus recursos. Esto cambiará cuando llegue el tiempo de las grandes pruebas para Mis hijos. Las perspectivas cambiarán casi inmediatamente cuando la gente se dé cuenta de que los bienes materiales que buscaban y por los que trabajaban tan duro no importan y no son necesarios. Sus prioridades cambiarán casi inmediatamente y lamentarán el tiempo que han perdido cuando podrían haberse estado preparando".

Señor, siento que deberíamos hacer más para prepararnos y, sin embargo, intentamos hacer lo que nos has pedido. "Sí, hija Mía, lo comprendo y, sin embargo, era necesario que todo estuviera en su sitio para que avanzarais. Vuestros corazones necesitaban formarse primero. Ahora os estáis preparando y eso es de suma importancia. Entregadme todas las cargas y Yo os ayudaré con ellas".

Gracias, Jesús. Jesús, siento mi cansancio. Me siento en este lugar tranquilo con tu Presencia, donde me siento segura, amada y en reposo, y empiezo a quedarme dormida. Debería estar completamente alerta y centrada en Ti, querido Jesús. Lo siento. "Hija mía, tu Jesús lo comprende. Sé que te quedaste despierta hasta tarde para encargar el resto de los artículos que te pedí, pues yo estaba contigo. Sé que no querías decepcionarme, y sin embargo no lo habrías hecho. También sé cuánto te esfuerzas por hacer lo que te pido lo antes posible debido a la urgencia de los tiempos. Recuerda que Tu Jesús lo sabe todo. Lo comprendo. Puedes descansar en la presencia de Tu Jesús, pues todo está a salvo Conmigo. Es bueno que Mi paz te dé descanso y, sin embargo, hay mucho trabajo por hacer. Luchas por hacer todo lo que te pido y no has encontrado el equilibrio adecuado entre trabajar para Mí y descansar. Te insto a que cumplas Mis peticiones, te mantengo en tu trabajo que es muy exigente, te pido que te dediques más a tu familia y te pido que descanses más. Te pido mucho, corderito Mío. Te pido lo aparentemente imposible, pero Conmigo es posible. Ya verás, hijita Mía. Cuando empieces a dejármelo todo a Mí y a poner de tu parte, encontrarás ese equilibrio que tanto anhelas, hija Mía. Sucederá. Tal como están las cosas, trabajas incansablemente para Mí, y esto Me agrada. No es el resultado del trabajo, sino la intención y el amor con que trabajas. Si aceptaras esto por completo, te darías un descanso. Trabajar duro y luego descansar y pedirme a Mí y a tus ángeles que hagamos el resto. Sin embargo, estás aprendiendo, hija Mía. Debes aprender esta importante lección, pues este equilibrio será necesario cuando llegue el tiempo de las grandes pruebas. Tu cansancio ahora sólo va a ser peor si no has aprendido esta importante lección, pues es humanamente imposible hacer todo lo que te pido sin confiar plenamente en Mí. ¿Lo comprendes, hija Mía?" (se omite la respuesta del mensajero y el diálogo de trabajo)

"Hija Mía, aprenderás a confiar en Mí y esto ocurrirá cuando empieces a actuar primero según lo que Yo te diga, haciendo lo mejor que puedas, saliendo a tiempo y viendo que todo saldrá bien. Cuando Me dejes a Mí las preocupaciones y la pesada carga de trabajo, verás cómo tu Dios toma el control. Esto requiere mucha confianza, me doy cuenta. Cuando depositas este nivel de confianza en Mí, a pesar de las circunstancias y de cómo parezcan las cosas, desatas Mi poder. Lo verás, y esto es lo que necesito que aprendas para que puedas avanzar en Mi plan. Mis hijos a menudo no comprenden que la salida a sus problemas es hacer exactamente lo que Yo digo. Entonces puedo hacer que muchos cambios se produzcan más rápidamente debido al nivel de confianza que las almas tienen en Mí. Mi dirección a menudo parece ser lo contrario de lo que el mundo te ha enseñado. Esto es cierto porque Mis caminos no son los caminos del mundo. Mis caminos parecen contraintuitivos para la mayoría y, sin embargo, es porque la cultura del mundo está muy alejada de Mí. Vives en una época en la que la gente está lejos de Mí, hija Mía. Aquellos que Me aman y Me siguen están incluso cegados a la verdad. Te has dado cuenta de ello al observar que las personas que Me aman y Me adoran son ajenas a Mi ley, especialmente cuando no observan ni santifican el sábado. ¿Es ésta una buena observación? Sí. Los que desobedecen este Mandamiento infringen Mi ley y, sin embargo, no lo hacen intencionadamente, pues no lo hacen maliciosamente. Sin embargo, si incluso Mis amigos y seguidores quebrantan los Mandamientos están ciegos ante ello, ¿qué dice eso del estado de los tiempos? Hijos Míos, despertad y ved que deseo un pueblo santo que Me siga y viva Mis Mandamientos. No es un buen testimonio para los que no Me conocen ver a Mis seguidores desobedeciendo Mis Mandamientos. Sed santos como Yo soy santo. Sed amor como Yo soy amor. Seguidme y Yo os conduciré a Mi Reino y, con vuestro ejemplo, muchas almas se salvarán de la condenación eterna. Hijos míos, os ruego que actuéis como Mis hijos y que, con vuestra vida, deis testimonio. No relajéis las normas establecidas por Dios, Mi santo remanente, pues hacerlo sólo conducirá a otros a la perdición. Sed luz en estos tiempos oscuros. Sed Mis manos, Mis pies y Mi corazón para conducir a otros a Mi reino celestial. Esto es de suma importancia. Viviendo ahora el Sabbat, orando y ayunando y amando como Yo amo, estás practicando la vida de los Hijos de la Renovación y de la subsiguiente Era de Paz. Cuando se viva esta vida, Mi vida, prevalecerá la paz y florecerá la vida en este planeta. Es difícil hacerlo ahora porque satanás parece tener un punto de apoyo y estáis en batalla, batalla espiritual. Al mismo tiempo que estáis luchando, también estáis pasando por un entrenamiento básico. Por eso toda la tierra gime mientras espera Mi venida. Tú y tu marido y todos Mis fieles Hijos de la Renovación debéis llevar una pesada carga por vuestro Jesús. Esta carga, sin embargo, es del máximo valor, pues en realidad lleváis a muchos de vuestros hermanos y hermanas. ¿Lo ves, hija Mía? Realmente estás trabajando en Mi misión de rescate, ahora, incluso antes de que se produzca la misión de rescate físico de la que hemos hablado largo y tendido y para la que tú y tu familia estáis siendo preparados. Sólo un poco más, Mi corderito, Tu Jesús necesita tu «sí» continuado para seguir adelante un poco más mientras soportas tu difícil trabajo y entonces comenzará la siguiente fase de tu viaje. No vaciléis, hijo e hija Míos, en continuar vuestro pesado trabajo y vuestro ritmo, pues Yo os llevo a ambos sobre Mis hombros. Sólo tenéis que pedirme ayuda a Mí y a cualquiera de los santos del Cielo y Nosotros os ayudaremos. Os amamos. Esperamos todas vuestras necesidades. No veis las muchas gracias que se os conceden y eso es de esperar. Si no tuvieras las gracias que Yo y Mi Madre derramamos sobre ti y tu familia, te derrumbarías por el peso de las responsabilidades que te he dado, y sin embargo no lo haces y por eso continuamos juntos mientras te preparas para el trabajo más crítico que está por venir y que Yo y Mi Padre te hemos encomendado. Os necesitamos. Os amamos. Nos preocupamos por vosotros".

(Nota: se ha omitido la conversación personal y este mensajero habla ahora con Dios, el Padre) Siento como si nuestra familia y todos Tus hijos se estuvieran preparando para una tormenta durante la cual no podremos ver el camino. Nos agarraremos al manto de Nuestra Señora y Ella nos guiará. Ella sostiene la mano de Tu Hijo, nuestro Jesús, y Él siempre nos conduce a Ti, puesto que Tú y Él sois uno. No podremos ver adónde vamos y, desde luego, tampoco el camino para atravesar la tormenta. Pero, sabemos que, estando al paso de Jesús y María, llegaremos sanos y salvos hasta Ti, Padre, al otro lado de la tormenta. Padre, las nubes de la tormenta se están acumulando y parecen muy oscuras. Han alcanzado su plenitud y habrían estallado hace tiempo si no fuera por la intercesión y la intervención de Nuestra Señora, la Santísima Virgen María. No nos abandones, Padre. Mira nuestros pequeños intentos de seguir a Jesús como gigantescos, ya que estamos cubiertos por Él. Todo lo que hacemos es pequeño en verdad, pero Él toma nuestra nada y la convierte en algo bueno para Ti,

Padre. Ayuda a este mundo que Tú creaste y a todo lo que habita en él a volver a Ti, nuestro

Señor y nuestro Dios. Por favor, Padre, hemos llegado tan lejos sin Ti y no conocemos el camino de regreso a Ti, nuestro queridísimo Padre. Pero Tú lo ves todo, Padre, y sabes dónde están todos y cada uno de Tus hijos. Encuéntranos, Señor, y por los méritos de Tu Hijo perfecto y de Su Santa Madre María, llévanos a todos de vuelta a la seguridad de Tu hogar, donde vives y reinas para siempre. Por favor, ayúdanos. Sé que has sido incansable en Tu ayuda, pero Tu misericordia no conoce fin y te pertenecemos. Dijiste que aunque una madre olvidara a sus hijos Tú nunca nos olvidarías. Devuélvenos, pues, a la seguridad de Tu familia, Padre, donde todos se aman, se perdonan y acuden en ayuda de cada uno. Anhelamos vivir en Tu familia, Padre Dios. Ayúdanos a comportarnos como los hijos afortunados y agradecidos que tanto mereces. Perdona nuestros pecados, queridísimo Dios, porque no sabemos lo que hacemos a nuestro Señor y Salvador cada vez que pecamos.

(Dios, el Padre, habla) "Hija mía, oigo tus súplicas y sé que tu corazón es sincero. Tu Dios nunca cambia y, por supuesto, acudiré en tu ayuda. Hijo mío, hijo mío, hijo mío. Si todos Mis hijos quisieran complacerme tanto como tú te esfuerzas, hijita Mía, el mundo sería un lugar muy diferente. Con tristeza, hay almas que desean de la peor manera destruir todo Mi santo remanente, la iglesia de Mi hijo y el mismo mundo que Yo creé. Desde Mi misericordia y bondad debo actuar o sus planes se harían realidad. Soy un Dios amoroso y, por tanto, no permitiré que el mal destruya toda la vida. ¡No lo haré! Por desgracia, Mis tristes hijos que han elegido un camino de maldad se niegan a volver sus corazones hacia Mí y quieren que nadie más tenga la oportunidad de elegirme. En vuestra inocencia no veis ni podéis ver la magnitud del mal que os rodea. Te he protegido de ello porque no serías capaz de soportarlo. Durante un tiempo seguiré protegiéndoos, pero en el momento de la historia que se conocerá como los tiempos de las grandes pruebas, la Tribulación, no os protegeré de ver cómo se llevan a cabo los planes atroces. Pues hacerlo significaría que tendría que llevarte al Cielo. Necesito que tú y Mi valiente hijo permanezcáis en esta obra a la que os he llamado y que he planeado que cumpláis desde el principio. Me necesitáis, Mis pequeños. Os pido que sigáis adelante siguiendo todas las directrices que Mi Hijo y Su Madre os den para la salvación de muchos y el final exitoso de una era de desobediencia. Sí, hija Mía, verás el final de esta era maligna y se acabará de una forma muy destructiva y concluyente. Digo concluyente porque Mis planes concluirán este tiempo de maldad. Después, Mi Hijo y Su Madre guiarán a Mi pequeño remanente santo y fiel hacia la Nueva Era, la Era de la Paz. Éste será Mi tiempo y el tiempo del Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Hasta entonces, seguid adelante, pues formáis parte del «Número», y eso significa que estáis en Su equipo. De este modo, debes seguir Sus huellas, que fue una vida vivida perfectamente tras las huellas de Jesús. Estás llamada a servir a los que están heridos, solos, traumatizados y necesitan refugio del mundo malvado que les rodea. Abrirás tus brazos para acogerlos estrechamente en el seno de tu familia, mientras tu marido dirige como cabeza de vuestra pequeña iglesia doméstica. Los llevarás a todos a salvo contigo a la nueva Era, donde todo será hermoso, pacífico, pródigo y lleno de gracia. Los cielos que tanto amáis tú y Mi hijo serán aún más vívidos con tonalidades que nunca antes habían visto vuestros ojos. Os asombrará la belleza de la tierra y la alegría que rebosará en el corazón de cada persona. Tan grande será la gratitud dentro de cada hijo del Creador que todo el Cielo se regocijará. Hija mía, ¿debería yo también retener la nueva Era? Porque eso es lo que hago cuando retengo el tiempo de las grandes pruebas".

Oh, Padre, no había pensado en ello. Entiendo y te agradezco que me ayudes a comprenderlo. Soy muy lento para aprender, pero Tú nunca me abandonas ni te impacientas. Gracias por Tu amor,

Padre mío. Te quiero. "Gracias, hija Mía. Escucha a Mi Hijo y a Su Santa y Perfecta Madre y síguelos lo mejor que puedas. Mi Hijo da pequeños pasos para que seas capaz de seguirle el ritmo y, sin embargo, debido a los tiempos, debes acelerar el paso y seguirle donde Él te lleve. Él te está conduciendo por un camino de santidad hacia nuevas alturas que también garantizarán tu seguridad y la de toda tu familia y la de aquellos que estarán a cargo de tu familia. No te desanimes, pero ten ánimo. Tu Padre del Cielo te ama y sé todo lo que intentas hacer para ser una buena hija de tu Padre, el Rey. Yo te amo. Ve en Mi paz y sigue a Mi Hijo el resto de tu vida. Un día, tú y Mi hijo estaréis Conmigo en Mi reino y todo se te aclarará como el cristal. No necesitas caminar por la tierra con los ojos bien abiertos en medio de una tormenta, siempre que tomes la mano de Mi Hijo. Sé esa mano, ese brazo y ese corazón para los pequeños niños perdidos que acuden a ti heridos, asustados y sin confianza en su corazón. Sé Mi Hijo para ellos.

Sé la Madre de Mi Hijo. Ámalos para que vuelvan a la vida en la seguridad de tu amoroso hogar y comunidad. Reconstruiremos Mi mundo juntos, hija Mía. Sí, eso es lo que harán Nuestras comunidades en todo el mundo, reconstruir Mi mundo. ¿Ves hasta cierto punto lo importante que es Mi misión, querida hija?".

Sí, Padre. Gracias, Padre.

(Jesús habla ahora) Corderita mía, hoy te he regalado un hermoso tiempo de Adoración. Mi Padre os ha colmado a ti y a tu marido de numerosas gracias; gracias para la santidad y gracias para el amor heroico. Te las enviamos a través del corazón de Mi Bella Madre María, donde Ella les ha puesto un destello de gracia y te las ha enviado. Todo es misterio y todo es luz y amor. Estas gracias crecerán dentro de vuestros corazones y almas para transformaros durante los últimos días antes de la transición. Recordad que tenéis estas gracias. Confiad en Mí y en Mi Padre. No os abandonaremos ni os desampararemos mientras os conducimos a una nueva vida. Esta vida, aunque difícil al principio, merecerá la pena. Tenemos muchos, muchos regalos esperando a Nuestros Hijos de la Renovación, demasiado numerosos para que puedas contarlos. Serán una deliciosa sorpresa y os proporcionarán una nueva forma de vivir y de amar a los demás. Te amo y confío en ti. Coge Mi mano y no mires atrás. Concéntrate en las tareas pendientes y mira hacia el futuro que te espera. Tú no conoces el camino, pero Yo sí, y te aseguro que no te perderás ni apartarás tus ojos de Mí. Te doy un corazón nuevo, una mente nueva, la mente de Cristo. Sí, hija Mía, éstas son tus gracias, tus dones. Ama bien. Ve en Mi paz. Sé Mi amor. Sed Mi paz. Sed Mis Hijos de la Renovación y compartid esta luz, que es Mi luz, con todos los que encontréis. Os doy Mi alegría. Os doy a Mí".

Gracias, Jesús. No hay palabras para expresar mi gratitud (diálogo omitido ................ )

"Id en paz, hijos Míos, amando y viviendo en Mi luz. Terminad todo lo que os he pedido y juntos seguiremos adelante. Os doy la paz, os doy Mi amor y os doy a Mi Madre, vuestra Estrella". Gracias, Jesús.

Origen: ➥ www.childrenoftherenewal.com

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