Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
martes, 12 de enero de 2016
La Santísima Madre habla en la noche de la expiación a las
23.00 h después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la iglesia de la casa en Göttingen por tu herramienta e hija Ana.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Hoy habéis comenzado la Noche de la Expiación con la Santa Misa del Sacrificio. El altar del Sacrificio y también el altar de María volvieron a bañarse de luz dorada. Los ángeles estaban presentes y se inclinaron ante el Santísimo Sacramento durante la Santa Transformación. También estaban presentes los tres arcángeles. La Madre de Dios estaba bañada en luz dorada. Se me había aparecido como la Reina Rosa de Heroldsbach con la corona, con un manto azul y una túnica blanca. Tenía un rosario blanco en las manos. Las flores que la Virgen había recibido para este día estaban de nuevo adornadas con perlas y diamantes. Brillaban bajo la luz plateada y dorada. El símbolo paterno estaba bañado en una luz dorada y roja especialmente resplandeciente.
Hoy Nuestra Señora nos hablará como Rosa Reina de Heroldsbach : Yo, vuestra queridísima Madre y Rosa Reina de Heroldsbach, os hablo esta noche después de la Santa Misa Sacrificial en la iglesia de la casa, a Mi amado pequeño rebaño, a Mis queridos peregrinos de cerca y de lejos, y especialmente también a Mis seguidores. Os doy las gracias por haber comenzado esta noche de expiación con mucha oración. Sois valientes y seguís perseverando en este lugar de Mi peregrinación. Está santificado por Mí, Mis amados seguidores. Si mañana entráis en el hueco y allí se os permite celebrar una Santa Misa de Sacrificio según el Dvd, estad agradecidos, porque mucha gente no se da cuenta de que esta Santa Misa de Sacrificio según Pío V está en la verdad plena y estas corrientes de gracia fluirán mucho más allá de este lugar. Muchas personas no creen que Yo, la Madre Celestial, soy la Mediadora de Todas las Gracias. Puedo dar estas gracias a muchas personas una y otra vez a través de vuestra oración constante, especialmente a través de la Noche de la Expiación, porque perseveráis y asumís los muchos sacrificios de cada mes. Mañana el hueco volverá a estar ricamente decorado. También por esto doy las gracias a los colaboradores. Vuestra queridísima Madre os recompensará abundantemente.
Mi amado pequeño rebaño, ahora vienen muchas cosas hacia vosotros. Vuestra queridísima madre lo sabe. Lo guardaré todo en Mi corazón. Sé cómo estáis. Pero mirad Mi corazón amoroso. Mirad Mis manos que rezan. Siempre estoy con vosotros, y siempre quiero estar a vuestro lado en cada momento. Yo, como Madre Celestial, ciertamente no os dejaré solos en estas semanas de procesión. Te esperan muchas cosas. Tú, hijita Mía, lo has dominado todo en los dos últimos días de manera ejemplar en lo que se refiere a los dos apartamentos que tenías que mediar. Todos los preparativos para la mudanza los has hecho tú. Te doy las gracias de todo corazón, también a Mi hijo sacerdotal por el acompañamiento durante estos tres días.
Os deseo a vosotros dos, amado pequeño rebaño, que permanezcáis en Mellatz, aunque os resulte difícil. El deseo del Padre Celestial debe cumplirse, pues está en Su plan. Por favor, tened esto en cuenta. Es un tiempo de prueba y de paciencia para todos vosotros. Pero el amor os une. Por favor, no lo olvidéis. El amor es lo más grande. Os hace perfectos. Permanecéis en esta perfección aunque no la sintáis. Claro que no sois tan perfectos como yo, vuestra Madre celestial, que fui concebida sin pecado original. Consagraos constantemente a mi Corazón Inmaculado, entonces nada podrá ocurriros. Sentiréis que os invade la serenidad. Dominaréis todo lo ejemplar hasta el día de la mudanza. Con todo lo que se os presente, y no será poco, Yo, como Madre Celestial, estoy con vosotros. Todas las citas están dirigidas de tal manera que los cielos ponen todo en orden, aunque tú no pienses en algunas cosas. No tenéis esta perfección, pues sois falibles y estos fallos serán borrados por el Padre Celestial. Él volverá a poner en orden de forma ejemplar todo lo que tú has desordenado.
No te entristezcas porque te surjan tantas cosas que a menudo no sepas cómo continuar. Pero entonces llama al Padre Celestial. Él te dará un nuevo poder, a saber, el poder divino. No sucumbirás, aunque a menudo te lo parezca. El Poder Divino, Mis queridos hijos, tiene un aspecto diferente. Cuando la impotencia se apodera de vosotros, entonces aparece el poder celestial. Así será durante todas estas semanas hasta el 8 de febrero. Descansaréis poco y, sin embargo, será suficiente, porque el Poder Divino siempre vuelve a entrar.
Desgraciadamente, tengo que esperar de vosotros, Mi amado pequeño rebaño, este movimiento. No es fácil para vosotros. No todo será tan fácil de hacer. Pero sentiréis que vuestra queridísima Madre está con vosotros. ¿Cómo puede una Madre Celestial que ama a sus hijos no estar con ellos? Ella lo ve todo. Ella mira en vuestros corazones y sabe cómo estáis.
Cada día os amo más, hijos Míos, porque cumplís los deseos del Padre Celestial y estáis dispuestos a alegrar al Padre Celestial. Hasta ahora Él ha disfrutado de vosotros. Poned vuestras cargas sobre Sus hombros cuando se vuelvan demasiado pesadas para vosotros. Mi hijo Jesucristo las llevará. Él te mira a los ojos lleno de amor.
Y ahora te deseo que duermas un poco más para que puedas superar el día de mañana, porque muchas cosas te sobrevendrán. Pero yo estoy contigo. Por favor, no lo olvides ni un minuto.
Y ahora en la Trinidad, vuestra queridísima Madre os bendice en esta noche de expiación con todos los ángeles y santos, especialmente con Mi amado Esposo, San José, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Estad dispuestos a cumplir los deseos del Padre Celestial de la manera más precisa, pues Él espera vuestro consuelo. Amén.
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