Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

domingo, 8 de noviembre de 2015

El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V

En la iglesia doméstica de Gotinga por Su herramienta y su hija Ana.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén.

Hoy habéis celebrado la Santa Fiesta Sacrificial con verdadera reverencia. El altar del Sacrificio y también el altar de María volvieron a estar bañados por una resplandeciente luz plateada y dorada, así como los ramos y todo el presbiterio. El Corazón de Jesús se fundió con el Corazón de María durante la Santa Misa del Sacrificio.

El Padre Celestial hablará hoy: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está totalmente en Mi Voluntad y repite sólo palabras que vienen de Mí.

Mi amado pequeño rebaño, Mis amados seguidores, Mis amados creyentes y peregrinos de cerca y de lejos, os amo a todos y quiero daros instrucciones e información para el futuro. No desarrolléis ningún temor, porque Yo, el Padre Celestial, llevaré a cabo mi plan. Hasta el final voy con vosotros, mis amados. No os rindáis, porque Yo, el Padre Celestial, estoy trabajando en todos vosotros. Sobre todo, deseo que sigáis permaneciendo en Gotinga hasta que os diga cuándo será el momento de vuestra partida.

Yo, el Padre Celestial, obraré todo en ti si perseveras hasta el final. Tú, Mi pequeña, tienes una enfermedad muy especial, la enfermedad Morbus Sudeck en el pie y en el brazo. Tienes un dolor indecible. Sólo el Padre Celestial conoce tu dolor. Sé que debo pedirte lo máximo, hijita Mía. Recorrerás este camino con Mi alma expiatoria Monika, aunque te parezca desesperado. Yo obro todo en ti, si perseveras. Pero si lo desechas todo, Yo, el Padre celestial, no podré obrar en ti. Resiste hasta el final, entonces el Padre celestial te dará a conocer todo lo que he pensado en mi plan.

En Mi hijo Dennis -le llamo hoy por su nombre- quiero obrar lo que he previsto para él en Mi plan. Sólo vosotros, Mis amados pequeños, debéis tener paciencia. Ahora se requiere paciencia. No podéis exigir que todo suceda a la vez. Pero si confiáis y perseveráis en la paciencia y la mansedumbre, y sobre todo os tratáis unos a otros con mansedumbre, entonces podré obrar en vosotros. Os amo y quiero daros a conocer Mis instrucciones, que son revolucionarias para vuestro futuro.

No será fácil para vosotros. Este tiempo de tribulación en la Iglesia parece desesperado para ti. Pero Yo, el Padre Celestial, seguiré trabajando en Mi verdadera Iglesia, en la gloriosa Iglesia que os espera. La Iglesia modernista está condenada a la destrucción. En esta Iglesia no puedo trabajar porque ha entrado el maligno, sobre todo a través de la impureza. Mi Madre Celestial llora lágrimas amargas por sus hijos sacerdotes adictos a la homosexualidad. Mi madre es la más pura de las puras. Y tú más que nadie, madre de los hijos de los sacerdotes, implora en Mi trono por estos Mis hijos de los sacerdotes, para que se arrepientan. Aún no están preparados para ello. Pero si no tienen la voluntad de volverse atrás hasta el último momento, serán empujados a los abismos eternos, porque no han cumplido mi plan y no se han consagrado al Corazón Inmaculado de mi queridísima madre celestial, como estaba previsto en mi plan. Mis hijos sacerdotes no han querido hacerlo. En ellos obra el malvado, porque han tendido la mano al malvado. Por desgracia, no están dispuestos a asumirlo todo, principalmente porque piensan que perderán su posición de poder y sufrirán pérdidas económicas. Tienen miedo de no poder satisfacer sus necesidades. Yo, el Padre Celestial, quiero trabajar en ellos. Quiero salvarles de la ruina eterna. Aún no están dispuestos a obedecerme a mí, el Padre Celestial. Les quiero mucho, y mi anhelo por ellos crece de día en día.

Vosotras, Mis amadas hijas, expiadlas, especialmente vosotras, Mi alma expiatoria Ana y Mi alma expiatoria Monika. Cuántas enfermedades habéis cargado ya sobre vosotras. Y ahora tú, hijita mía, debes soportar esta grave enfermedad, porque el Padre Celestial así lo quiere. No puedes comprender que deba pedirte tanto. ¿No has considerado que tu enfermedad es una enfermedad que debería salvar al mundo de la destrucción? Porque tienes una transmisión mundial. Por eso tienes que asumir muchas cosas que los demás no comprenden y que tú mismo no puedes comprender. El Padre Celestial sabe de tu enfermedad, sabe de tu dolor, que es insoportable. ¡Pero no te rindas! A su debido tiempo te quitaré la enfermedad. Aún no ha llegado el momento, ni mucho menos, como mencionó ayer tu Madre Celestial: No será hoy ni mañana, pero cuando Yo, el Padre Celestial, vea cumplido Mi plan contigo, Mi querida almita de expiación, que ha recibido la misión mundial, entonces podré quitarte este dolor. Seguirás siendo utilizada por Mí como un juguete y estarás de acuerdo con ello porque te he purificado y porque continúo purificándote en humildad y paciencia. Éstas son tus intenciones especiales y las he tomado como principio. Presta atención a estas dos intenciones, entonces progresarás más en la santidad que exijo de ti. Debes ser un modelo para muchas personas, no sólo para algunas. Persevera, aunque te parezca inexplicable. Y ahora, amados Míos, sigo esperando a Mis hijos sacerdotales. Persevero en la paciencia. Yo, el Padre Celestial, utilizo a las personas.

He sembrado el trigo y he hecho crecer la cizaña, como habéis oído hoy en el Evangelio. Dejo que ambos crezcan. A su debido tiempo separaré la cizaña del trigo. Cuando llegue Mi hora, separaré a Mis elegidos de los impíos, de los que han renunciado a Mí. Entonces serán arrojados al abismo eterno, por mí personalmente, el padre celestial, porque han perseguido a mis elegidos. Los he elegido para que lo asuman todo, toda persecución, toda enfermedad, todo lo que Yo les exijo. Nunca se rindieron, ni siquiera cuando pensaban que no podrían soportar este sufrimiento.

También exigiré esto a Mis seguidores, pues son hijos de María y Mis hijos de María serán purificados, pues son el trigo. Mis seguidores me han mostrado hasta ahora obediencia en Heroldsbach. Han soportado muchas enfermedades y muchas penurias. No han rehuido estos muchos esfuerzos. Se apresuraron a ir a Heroldsbach cada mes para presentar sus respetos a Mi Madre Celestial en el hueco.

Mis queridos hijos de María, Mis queridos hijos del Padre, os doy las gracias por haber perseverado hasta ahora, por haberme sido fiel y por no haberos rendido nunca. Vuestro sufrimiento puede ser incomprensible, pero Mi plan no es vuestro plan. Mi plan es diferente. No puedes comprenderlo ni entenderlo porque es universal. Miro al pasado, al presente y al futuro. Por eso no puedes comprender nada.

Yo, el Dios omnipotente y todopoderoso, tengo un plan especial con el mundo entero. Nunca podrás comprender este mapa del mundo. En mi omnipotencia pronto obraré. No tardéis mucho, mis elegidos, entonces intervendré, de forma muy distinta a la que esperáis. ¡Resiste! Es tan omnipotente que conmoverá al mundo entero. Esta intervención, que he concebido en Mi Plan, os parece muy difícil de comprender. Sientes cierto temor, y eso es explicable para mí, el Padre celestial. Vosotros veis este mundo y esta iglesia, cómo todo está devastado, pero Yo, el Padre Celestial, veo mucho más detrás de ello. Y tú no puedes comprenderlo.

¡Cree en mi omnipotencia! ¡Cree en mi omnipotencia! Resiste hasta el final, entonces podré obrar en ti y verás que estás a salvo en mi amor. En el amor de Mi Padre te abrazo. Bajo el manto de tu Madre Celestial encontrarás seguridad. Mira a Mi queridísima madre. Cuánto sufrimiento tuvo que soportar y cuánto sufrimiento ve todavía hoy. Ella lo soporta por todos vuestros amados hijos sacerdotes que aún no Me han mostrado obediencia. Cuánto sufrimiento debe soportar, por tanto, mi Madre celestial, la más pura de todas las puras. Pero Ella lo soporta todo, como también vosotros debéis soportar vuestro sufrimiento. Id de la mano de vuestra Madre más querida, entonces vuestro sufrimiento será soportable. Tu Madre Celestial soportará este sufrimiento contigo, pues Ella levanta tu cruz. Pero seguiréis siendo los perseguidos. Mis queridos hijos sacerdotes os han perseguido hasta ahora y seguirán haciéndolo. Desgraciadamente es así. Pero soportad esta tribulación, porque Yo también quiero salvar a mis hijos de los sacerdotes mediante vuestro sufrimiento y expiación, salvarlos de la ruina eterna.

Amo especialmente a mis hijos sacerdotes. He elegido a cada uno de ellos y quiero salvarlos de la ruina eterna. Cada hijo sacerdotal es precioso y valioso para Mí, aunque hasta ahora haya ido por el camino equivocado. Hasta el último momento puede convertirse, y yo, el Padre Celestial, espero esta conversión.

Con fidelidad y gratitud me presento ante vosotros, Mi amado pequeño rebaño, Mis queridos seguidores y creyentes de cerca y de lejos. Quiero dar las gracias a todos los que han perseverado hasta ahora. Continúo dándoos paciencia si perseveráis. Yo, el Padre Celestial, os cojo de la mano y os llevo a la Madre. Ella os tomará de la mano y os protegerá de todo lo que os oprima y llevará todo con vosotros. Persevera en la paciencia y la dulzura.

Te amo indeciblemente y te bendigo ahora con tu Madre Celestial, con todos los ángeles y santos, con toda la Hueste Celestial, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aún así me gustaría decir que el maligno intervino ayer en Mis mensajes. Por eso se ha roto este vínculo, para que sepáis de qué se trata. El maligno interviene donde vosotros no lo sospecháis. Pero cree en ello, todo irá bien. Todo lo que crees que no puedes arreglar lo arreglo yo, el Padre celestial. Tened paciencia, pues os amo. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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