Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
lunes, 12 de mayo de 2014
La Santísima Madre habla en la noche de la expiación a las 23.30 después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la capilla de la Casa de la Gloria en Mellatz a través de Su instrumento e hija Ana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Hoy en la noche de la expiación nos unimos a todos los peregrinos de Heroldsbach.
Nuestra Señora dirá: Os saludo a todos, Mis amados hijos de María, de cerca y de lejos, especialmente a los que perseveran, rezan y se sacrifican en Heroldsbach. A vosotros, Mi amado pequeño rebaño, os agradezco que también hoy queráis expiar a los sacerdotes que hasta ahora no se han vuelto atrás y no quieren volverse atrás.
Yo, vuestra Madre Celestial, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está totalmente en la Voluntad del Padre Celestial y hoy repite las palabras que Yo, vuestra Madre Celestial y Reina de las Rosas de Heroldsbach, os digo.
Amado pequeño rebaño, amados seguidores, amados peregrinos de cerca y de lejos, hoy, en este día, habéis renovado juntos la alianza de amor y fidelidad. Sí, la fidelidad, amados Míos, es importante. A menudo estáis al final de vuestra cuerda y pensáis que no podéis ir más lejos. Pero entonces el Espíritu del Señor os animará a seguir trayendo sacrificios para muchos sacerdotes. Yo, tu madre, te fortaleceré.
Tú, hijita mía, también puedes participar en esta noche de expiación en la capilla de la casa de Mellatz, porque hoy has estado en vano en el hospital de Biberach y no se ha podido realizar esta terapia con yodo radiactivo. Mañana iréis allí de nuevo y entonces todo comenzará.
Sí, amados Míos, a menudo pensáis que el Padre Celestial no sabe nada de todo esto, pero Él sabe mejor que vosotros lo que os conviene en este momento. Suceden muchas cosas, de las que no sabéis por qué suceden. Pero debes creer y confiar. Tal como el Padre Celestial ha dispuesto para ti, es lo correcto. Él mismo sólo quiere lo mejor para ti. Tu queridísima madre está siempre contigo, aunque no tengas éxito en todo. Pero pediré inmediatamente al Padre Celestial que todo suceda según Su plan, deseo y voluntad. Entregaos por completo a esta voluntad del Padre. No por mucho tiempo, Mis queridos, entonces podréis estar juntos de nuevo en esta casa capilla de Mellatz.
No tengas miedo, mi querida hijita, de esta terapia. Todo sucederá según el plan de tu Padre Celestial. El camino es arduo e implica muchos sacrificios, pero lo dominarás todo, pues está en la voluntad del Padre.
Y ahora os bendeciré porque todos estáis al límite de vuestras fuerzas. Os amo y os protegeré de nuevo mañana y llamaré a todos los ángeles para que vengan a vosotros, porque este día volverá a ser agotador para vosotros. Sed bendecidos en la Trinidad de todo el cielo, de vuestra queridísima Madre, de todos los ángeles y santos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Alabados sean Jesús, María y José por los siglos de los siglos. Amén.
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