Messages à Marcos Tadeu Teixeira à Jacareí SP, Brésil

 

mardi 8 décembre 2015

Solemnidad De La Inmaculada Concepción De María Santísima Hora De Gracia Universal 468ª Clase De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora

 

Jacareí, 08 de Diciembre de 2015

Solemnidad De La Inmaculada Concepción De María Santísima

Hora De La Gracia Universal

468ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

Www.apparitionstv.com

Mensaje De Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo, Divino Espíritu Santo Y

Nuestra Señora

(Padre Eterno): «Mis amados hijos, Yo, vuestro Padre, vengo hoy en la Fiesta de Mi amadísima Hija María para bendeciros y deciros: Venid a María y vendréis a Mí. Venid a María y Ella os traerá a Mí. Venid a María y vendréis a Mí, venid a María y Yo vendré a vosotros, entregaos a María y Yo también os daré Mi amor.

Sólo Ella ha atraído Mi mirada, Mi Corazón, Mi Amor, y sólo en el alma donde Yo la veo, la encuentro, la veo reinar, vivir, sólo esta alma es la que atrae Mi Corazón y Mi Amor. Por tanto, vivid en María, para que María viva en vosotros, y entonces Mi mirada de Amor os mirará a vosotros, a vuestras almas, y os dará Mi Misericordia divina y eterna.

En María Inmaculada se cumplió Mi Divino Plan de Amor, Ella fue aquella misteriosa Mujer vestida de Sol, coronada de estrellas, que mostré a la serpiente ya al principio de la Creación, y que sería la que aplastaría la orgullosa cabeza de Mi enemigo. Y es a través de ella como Yo realizaría la mayor victoria de Mi Amor en la humanidad.

Sí, en María Inmaculada se cumplió Mi Profecía Divina: Esta Mujer vino al mundo enviada por Mí, creada sin la mancha del pecado original, Me amó sin límites. Toda su vida fue un acto continuo de amor, un acto continuo de adoración perfecta a Mi Divinidad.

Era Inmaculada, sin pecado, y por eso en ella las corrientes de Mi Amor nunca encontraron un obstáculo, nunca encontraron un impedimento, no había nada en ella que pudiera oponerse a Mi Divina Voluntad. En ella cumplí Mi Plan Divino de Amor haciendo que el Verbo, Mi hijo eterno, se encarnara en ella, se hiciera hombre y muriera en la Cruz para pagar por vuestros pecados.

Sí, verdaderamente en María Inmaculada se cumplieron todas las profecías que di a través de Mis profetas, y a través de ella la humanidad fue verdaderamente reconciliada de nuevo Conmigo. Porque con Su «Sí» Ella ha derribado el abismo entre Yo y vosotros, el Verbo se ha encarnado, ha pagado por vuestros pecados en la Cruz, os ha abierto de nuevo las puertas del Cielo y ha unido el Cielo y la Tierra, que antes estaban eternamente separados.

¡En Ella se cumplió perfectamente Mi Plan Divino de Amor! En María Inmaculada también debéis entregaros a Mí sin reservas, para que Mi Plan de Amor se cumpla en vosotros como se cumplió en Ella.

En María Inmaculada debéis buscar imitar el amor, la obediencia, la docilidad y la perfecta conformación de Su voluntad a la Mía. Para que entonces Mi Espíritu Santo pueda realmente realizar en ti las mismas maravillas de Mi Amor tanto como sea posible, como Él realizó en Ella, en ti.

En María Inmaculada debéis entregarme vuestro corazón para que Yo pueda transformarlo verdaderamente de un corazón dominado por el pecado, en un corazón lleno de la gracia de Mi Espíritu Santo, lleno de Mi luz divina. Un corazón en el que pueda reflejar Mi Rostro de Amor, para que el mundo entero Me conozca, porque hasta hoy soy un Padre desconocido, un Padre rechazado por los mismos hijos que he creado.

Os di tantas pruebas de Mi Amor en el Antiguo Testamento, cuando liberé a Mi pueblo de la esclavitud en Egipto, cuando envié el maná a Mi pueblo, cuando envié a los profetas para advertir y llamar a Mi pueblo a que volviera a Mí. Luego os mostré Mi gran Amor enviando a Mi propio hijo a la tierra para que en él conocierais Mi Rostro de Amor.

Vosotros Me despreciasteis, el mundo Me despreció y no Me aceptó ni a Mí ni a Mi Hijo. Y hasta el día de hoy, el mundo no Me conoce, y Yo sigo siendo un Padre desconocido, despreciado por los mismos hijos que creé. Oh hijos Míos, en María Inmaculada todos debéis volver a Mí y abrirme vuestros corazones que quiero mostraros Mi Rostro de Padre, Mi Rostro amoroso de Amor para llenaros a todos de gracia, de amor, de belleza, de santidad. Para que en vosotros resplandezca y brille Mi Rostro y el mundo Me conozca y al conocerme conozca la verdad y sea salvado por la verdad.

Oh, ¡cómo te amo! Cómo quiero obrar en vosotros a través de María Inmaculada, por eso quiero que todos os entreguéis a Mí en ella y a través de ella. A quien intente venir a Mí sin Ella lo rechazaré, lo expulsaré. A quien venga a Mí a través de Ella le abriré Mis brazos, le recibiré, le abrazaré, le besaré, pondré en su mano el anillo de Mi gracia, la sandalia de Mi predilección y Mi bendición en sus pies, y le daré un nuevo vestido de gracia y alegría, que brillará para siempre en amor, gracia y santidad en esta vida y también en la venidera.

Venid a Mí a través de María y os colmaré de Mis Dones, de Mis tesoros de Amor, de Mis luces y de Mis gracias. Venid a Mí, hijos Míos, y no os demoréis, porque vuestro tiempo está cerca, y las Advertencias de Mi Amadísima Hija, María, dadas aquí en La Salette y en los demás lugares donde la he enviado, están a punto de cumplirse. Y cuando termine el tiempo que he dado para que el mundo se convierta, vendré con fuego y humo y torbellino y lluvia y granizo de fuego, para limpiar la tierra de sus crímenes y de sus pecados, que cada día la llenan y se elevan hasta la bóveda del cielo.

Vendré pronto, pero no como Padre misericordioso, sino como Juez. Y entonces, cuando desenvainaré Mi Espada, ay de aquellos que han hecho oídos sordos a Mi voz, que en la voz de María les llamaba, les advertía, les invitaba a entrar por la puerta de la salvación.

Ahora Yo soy vuestro Padre Misericordioso, venid a Mí y os perdonaré, perdonaré vuestros pecados. Os enseñaré Mis caminos, Mis leyes de Amor, embelleceré vuestro corazón, vuestro espíritu, llenaré vuestra alma de amor, de paz, de felicidad, de verdad, de felicidad eterna.

Y entonces, vuestros corazones desbordarán Mi gracia sobre este mundo completamente hundido en el pecado y que sólo puede ser salvado por un milagro de Mi amor misericordioso, lo que debe suceder a través de vuestro «sí» y vuestra correspondencia a Mi Amor.

Yo, os creé de la nada, os saqué de la nada y os llamé a la existencia por pura Mi bondad, para haceros partícipes de Mi felicidad, de Mi gloria, de todos Mis bienes eternos.

¡Oh, hijos Míos! No despreciéis todo lo que os ofrezco a causa de las bagatelas y pecados del mundo que matan vuestra alma y os alejan de Mí. Antes bien, venid a Mí, abridme vuestros corazones y dejad que las corrientes de Mi Amor Misericordioso se abran paso a través de vosotros purificando el mundo y renovándolo con Mi gracia. Y así, en María Inmaculada y con María Inmaculada recibiré de vosotros la perfecta y completa satisfacción y devolución de todas Mis Obras de Amor, de todos Mis Dones y Gracias y, finalmente, Mi Corazón paternal triunfará en este mundo sin posibilidad de rival alguno.

Os amo mucho y amo este Lugar como la niña de Mis ojos, este Lugar es la perla de Mi Amor, es Mi segundo Cielo, es Mi pequeño Cielo en la Tierra. Trabaja por este Lugar, lucha por este Lugar, haz todo lo que puedas por este Lugar que Me pertenece y te prometo que te recompensaré con gracias sobreabundantes ya en esta vida y mucho más en el Cielo.

Todo lo que hagáis por este Lugar y por Mi hijito Marcos, lo haréis por Mí, por Mí mismo.

A todos os bendigo con Amor y generosamente ahora».

(Nuestro Señor Jesucristo): «Mis amados hermanos, Yo, Jesús, vuestro Redentor y Salvador vengo hoy con Mi Padre, con el Espíritu Santo y con Mi Madre para deciros: Grande es el Amor que tengo y que tuve por Mi Madre. Por eso la creé Inmaculada, libre de toda mancha de pecado original, toda hermosa, tota pulcra, toda llena de gracia, toda llena de Mi Misericordia, llena de Mi Amor, llena de Mi perfección, llena de todos los privilegios que le concedí.

Sí, en verdad, amé tanto a Mi Madre que casi agoté Mis poderes divinos creando perfecciones, prerrogativas y privilegios para ella. Sí, Nosotros los Tres la hemos exaltado tanto, le hemos concedido tantas gracias que Ella fue verdaderamente como os dicen Mis Santos Alfonso y Aquino: Ella fue exaltada, elevada a una cierta igualdad con Nosotros por un número casi infinito de gracias. Ella difiere de Nosotros sólo en la naturaleza, pero reina en el Cielo con el mismo poder que Yo tengo, y a Mi Madre le he concedido hacer todo lo que Ella quiera.

Ella es la nueva Ester, que siempre se presenta ante Nosotros, pidiendo por la vida y la salvación de Sus hijos, Su pueblo, que sois vosotros. Y cuántas, cuántas veces Nos ha arrancado el perdón de vuestros pecados, misericordia y más tiempo para que os convirtierais, cuando Nosotros ya habíamos decidido aniquilar el mundo y poner fin a vuestra existencia en la tierra.

Sí, sólo por Mi Madre mantengo vivo el mundo. Sólo por Amor a Mi Madre sigo tolerando a los pecadores con sus horrendos pecados que tanto Me hacen sufrir. Sólo por Mi Madre sigo esperando que vuestros duros corazones se abran a Mí.

Si queréis darme alegría y satisfacción, amad a Mi Madre, porque sólo a través de Ella, la Inmaculada, la única sin pecado, la única agradable a Mis ojos, sólo a través de Ella podéis darme la satisfacción perfecta y el retorno de todas Mis obras.

Sólo a través de María puedes darme la adoración perfecta, sólo a través de Ella puedes darme el Amor perfecto y la correspondencia perfecta a Mi Gracia. Por tanto, venid a Mi Madre y Ella os traerá a Mí, venid a Mí a través de Ella, hacedlo todo con Ella y en Ella y vuestras obras se volverán agradables a Mis ojos porque las veré como obras de Mi propia Madre que vive y reina en vosotros. Entonces Mi mirada de Amor será atraída hacia vosotros y os dará verdaderamente Mi benevolencia, Mi divina benevolencia.

Venid a Mí, con María y a través de María Inmaculada, Mi Madre, porque el que venga a Mí a través de ella me encontrará verdaderamente compasivo, misericordioso y bondadoso para perdonarle, amarle y salvarle. Ella es la nueva Arca de la Alianza, donde no sólo deposité Mis Leyes, Mis Sacramentos, donde deposité todos los tesoros de Mi copiosa Redención. Sino donde Me deposité y Me encerré. Y quien quiera encontrarme debe encontrar a Mi Madre Inmaculada, y entonces, en ella y con ella, Me encontrará a Mí, y Nosotros dos nos uniremos, cenaremos y viviremos juntos para siempre.

Venid a Mí a través de María, Mi Madre Inmaculada, que os he dado como Mediadora, como Abogada, como Corredentora, y Ella os dará verdaderamente todo Mi Amor.

Si vienes a Mí a través de Mi Madre, te daré Mi Llama de Amor en toda su plenitud, te daré Mi Espíritu en toda su plenitud. Y Él transformará tu polvo, tu barro, tu miseria, tu nada en una obra de gran belleza, perfección y muy agradable a Mis ojos.

¡Oh, Mis queridos hermanos! ¡Oh, hijos Míos! Os amo tanto, que di Mi vida por vosotros en la Cruz, derramando Mi sangre hasta la última gota ante Mi Madre, que se inmoló y se ofreció Conmigo por vuestra salvación. Qué más podía hacer para demostraros cuánto os amo.

Así pues, no seáis ingratos a Mi Sagrado Corazón por más tiempo, dejad de ofenderme, dejad de atravesar Mi Corazón con la lanza de vuestra dureza, incredulidad y pecado. Dadme vuestro «sí» a través de Mi Madre, y Yo os daré Mi Llama de Amor con tanta plenitud como se la di a Mis Apóstoles. Y Mi Espíritu, Mi Llama de Amor os transformará en Mis testigos vivientes haciendo las mismas maravillas que hicieron Mis Apóstoles y aún más para que el mundo Me conozca, conozca Mi Amor, conozca la Verdad y sea salvado por la Verdad.

Bienaventurado el hombre que ama a Mi Madre Inmaculada, porque será llamado verdadero hijo de Mi Padre y Mi verdadero hermano.

Bienaventurado el hombre que ama a Mi Madre Inmaculada y hace de Ella su tesoro, su todo, porque grande será la recompensa, la recompensa que Yo le daré en el Cielo.

Bienaventurado el hombre que ha entregado toda su vida a Mi Madre Inmaculada, porque será contado entre los hijos de Dios, entre los Santos Ángeles. Y Me declararé por él ante Mi Padre, llamándole verdadero hijo de Mi Madre y Mi verdadero hermano en el orden de la gracia. Y Mi Padre le amará, le abrazará, le besará, le coronará y le hará feliz por los siglos de los siglos en el Cielo.

¡Te quiero mucho! Amo este Lugar, lo amo como la piedra más preciosa de Mi corona, como la fibra más íntima de Mi Sagrado Corazón. Y todo lo que hagáis por este Lugar y por Mi amadísimo hijo Marcos, lo haréis por Mí y por Mi Madre. Todo el bien que hagáis por este Lugar y por Mi hijo Marcos lo tomaré como hecho a Mí. Así como tomaré como hecho a Mí y a Mi Madre todo mal que se haga a este lugar y a Mi amado Marcos.

Así como no permití que Mi pueblo hiciera sufrir a Mi siervo Moisés, y le castigué, porque Moisés era Mi amado, Mi elegido. No perdonaré a quienes hagan sufrir a Mis elegidos de este lugar. Así que ten cuidado de no cometer este pecado que Yo castigaré en esta vida y mucho más en la otra.

Venid, hijos Míos, venid a Mi Sagrado Corazón mientras aún esté abierto para vosotros y dejaos encontrar Aquí, pues el tiempo se acaba como una sombra, como una niebla que se desvanece, como humo que se esfuma. Y pronto vendré en torbellinos de fuego para purificar la tierra con lluvia de fuego, con granizo de fuego para liberar finalmente al mundo del dominio de Satanás y de tal perdición espiritual.

Ven a Mí a través de Mi Madre y refúgiate en Su corazón, pues ésta es el Arca de la Salvación que he preparado para ti. Venid siempre aquí, porque aquí, en esta Arca de Salvación de Mi Madre, os protegeré, os guardaré de los males del mundo, os enseñaré Mis caminos de Amor, y Me revelaré siempre a vosotros, uniendo Mi Corazón al vuestro en una Llama viva de Amor, dándoos vida, y vida plena en abundancia.

Sigue rezando todas las Oraciones que Mi Madre y Yo te hemos dado aquí y sigue viniendo para que pueda continuar tu conversión.

¡Os amo! Te amo y estoy loco de Amor por ti. Por ti crearía un nuevo universo, crearía mil mundos. Sólo os pido una cosa, vuestro amor, y el resto lo hará Mi Espíritu.

Os bendigo a todos desde Paray-Le-Monial, desde Plock y desde Jacareí».

(Espíritu Santo): «Mis amadas almas, Mis esposas, Yo, el Espíritu Divino, Esposo de vuestras almas, vuestro amigo, vuestro Dios, vengo hoy en la Solemnidad de Mi Divina e Inmaculada Esposa, María, para deciros: Amad a María y Yo os amaré, obedeced a María y Yo os daré Mi Gracia y Mi Amor. Servid a María y Yo os colmaré de los tesoros de la sabiduría. Escucha a María y Yo escucharé tu voz y tú escucharás la Mía, enseñándote Mis Caminos, Mis Leyes de Amor, comunicándote la Sabiduría Divina.

Seguid a María y Yo os seguiré, llenando cada día de vuestras vidas de gracias, de bendiciones sin fin, de luces y de una llama de amor que nunca jamás habéis sentido. Todo lo que hagáis a María lo tomaré como hecho a Mí, todo desprecio hecho a María lo tomaré como desprecio hecho a Mí. Toda ofensa hecha a María la tomaré como ofensa hecha a Mí mismo. Y este pecado no será perdonado, ni en esta vida ni en la otra, porque los pecados cometidos contra Mí nunca serán perdonados.

Déjate conducir a los brazos de María, y entonces, Yo también te conduciré a Mis brazos. Porque las únicas almas que verdaderamente tomo en Mis brazos, llevo con Amor y lleno de bendiciones y gracias, son aquellas que se entregan a Mí a través de María. Estas almas que Ella misma nutre, alimenta, engendra en las Llamas de Amor de Su Corazón, estas almas que Ella misma embellece, perfuma y Me ofrece como un verdadero Regalo y las primicias de Su Amor.

Sí, el alma que no viene a Mí traída por María, esa alma Yo la rechazo. Y el alma que viene a Mí a través de María, ésa la amo, ésa la acojo, ésa me uno verdaderamente a ella y me convierto en una, en una Llama de Amor con ella.

Ven a Mí a través de María y Yo también vendré a ti a través de María, búscame a través de María y Yo Me dejaré encontrar por ti en María. En la Inmaculada Concepción de María, en el esplendor de Su Inmaculada Concepción os mostré la omnipotencia de Mi poder divino, creando la criatura más perfecta, más pura, más elevada, más sublime, más santa y más digna de Nosotros, María.

En el esplendor de la Inmaculada Concepción de María te mostré lo que Yo, Tu Dios, soy capaz de hacer por Amor a una criatura. Amé tanto a María que se lo di todo, la formé en el seno de Su Madre Ana libre de la mancha del pecado original, doté a Su alma de una capacidad ilimitada de amar, la adorné con los mayores privilegios, dones, gracias y prerrogativas de Mi poder.

Casi he agotado Mi poder divino creando perfecciones para Su alma y Su cuerpo. ¿Y por qué hice todo esto? Porque amo a María con el Padre y con el Verbo, con todas Mis fuerzas. Creé a María hermosísima, perfectísima, para recibir en Ella la perfecta satisfacción, gratitud y retorno de la humanidad que tan ingratamente pagó Nuestro Amor con el pecado de desobediencia al principio del mundo.

En María recibimos por fin del género humano la satisfacción, la gratitud, el retorno de Nuestra Obra. Y sólo a través de María recibo Yo también la satisfacción, la gratitud y el retorno de todas Mis almas-esposas que desean verdaderamente ser Mías.

En el esplendor de la Inmaculada Concepción de María mostré cuánto os amo también a vosotros, pues no creé a la más bella, perfecta e Inmaculada María sólo para Mi alegría, para Mi satisfacción, para poder complacerme en ella. Pero también creé a María así por amor a ti, para que en su belleza vieras mi belleza, en su afecto sintieras mi afecto, en su amor sintieras el mío, en su perfección conocieras mi perfección, en su santidad pudieras vislumbrar un poco de mi perfección infinita, y finalmente pudieras conocerme y amarme.

Hice a María, sobre todo, dulcísima, bondadosísima, misericordiosísima contigo, para que en su misericordia, en su bondad, pudieras comprender y sentir mi bondad, cuánto te amo, cuánto estoy dispuesto a perdonarte mil veces al día. Mientras tengáis verdaderamente un corazón sediento y estéis decididos a amarme, y por amor a Mí, a renunciar a vuestra voluntad, a vuestras opiniones, a vuestros deseos, a despreciar la voluntad de vuestra carne. Y hazte verdaderamente santo como Yo soy santo, para agradarme, para darme alegría, para darme verdaderamente la felicidad de verte amado, de vernos glorificados en ti y de recibir de ti el retorno perfecto de Nuestras obras.

¡Oh, ven a María! Venid a María y vendréis a Mí, entrad en el Cenáculo del Corazón Inmaculado de María, para que Yo descienda sobre vosotros y os encienda con Mis Llamas de Amor como nunca se ha hecho en la historia de la humanidad hasta hoy. Si os encuentro en el Cenáculo del Corazón de María, descenderé sobre vosotros en un Pentecostés tan fuerte y tan poderoso que no sólo vosotros, sino toda la faz de la tierra comenzará a transformarse en Mi Jardín de belleza, de santidad, de amor. Para que entonces, verdaderamente, el Amor, la Verdad, la Gracia triunfen sobre el pecado, la mentira y el odio.

Yo Soy el Amor, el Amor Soy Yo. Yo Soy el Amor en pura transformación y sólo se me puede encontrar en María y en el Cenáculo del Corazón de María. Entrad en este Cenáculo, es decir, consagraos a María, vivid consagrados a Ella, obedeced Sus órdenes, renunciando a vuestras opiniones y a vuestra voluntad.

Dejaos formar, guiar y educar por María, y entonces, encontrándoos así en el Cenáculo del Corazón de María, encontrándoos viviendo en María y María viviendo en vosotros, Me comunicaré a vuestras almas, derramando en ellas las llamas más poderosas de Mi Amor, que sacudirán la tierra hasta sus cimientos, transformando este desierto de pecado y de odio en un verde jardín de Amor.

¡Venid a María y Yo vendré a todos vosotros! Es en Ella donde quiero ser amada, encontrada y servida por vosotros. Ella es la puerta, sin Ella nadie viene a Mí, ni Yo voy a nadie. Así que tomad en vuestras manos el Rosario de María, porque cada Rosario que recéis es un dulce canto de amor a Mis oídos. Es como un incienso fragante que sube a Mi presencia agradando a Mi Corazón. Cada Rosario que rezas con María es verdaderamente una Llama de Amor, es una llama mística que se eleva al Cielo y Me atrae hacia ti colmándome de Mis Dones.

Cada Rosario que rezas con María se convierte verdaderamente en la oración de María y oigo la voz de María que reza en ti, que reza contigo, la voz de María en tu voz. Y a la voz de Mi Esposa no puedo resistirme, así que Me comunicaré y Me derramaré como nunca antes en el alma en la que encuentre a Mi Esposa Inmaculada orando en ella y con ella atrayéndome hacia ella.

Preparaos, el Segundo Pentecostés está muy cerca, pero antes, si el mundo no obedece Nuestros Mensajes, enviaremos los grandes Castigos profetizados en La Salette. Y ay de aquellos que no estén en Nuestra luz, en Nuestra amistad, será terrible, será mucho peor que ser cortado mil veces por lanzas de fuego.

La tierra entera, como un peón rebelde, girará en todas direcciones, tierras, océanos y ciudades enteras se pondrán patas arriba, y toda la humanidad casi perecerá.

Hijos míos, no permitáis que esto suceda, ayudad a Mi Inmaculada Esposa en Su obra de salvación llevando Nuestros Mensajes, Sus Mensajes a todos Nuestros hijos. Enseñad a todos a rezar y a amar Su Rosario, pues es por el Rosario por el que Yo descenderé de nuevo al mundo. Así como fue por su oración que descendí en el Primer Pentecostés, así será por su oración favorita, el Santo Rosario, que descenderé sobre el mundo y lo renovaré.

Te amo, ¡te amo tanto! Yo, con el Padre y el Hijo, os he creado de la nada para que seáis partícipes de Nuestra felicidad eterna, herederos de todos Nuestros tesoros y bienes. Oh, no cambiéis esta grande y maravillosa herencia por el polvo, el barro, las lentejas, los terrones de carbón, las cosas mundanas y las cosas que os ofrece Mi enemigo.

Meditad en Nuestras Palabras, que son extraordinarias para quienes reflexionan en ellas. Y entonces, vuestros corazones descubrirán la verdad, verán la verdad de Nuestro inmenso Amor, y vuestra alma volará finalmente hacia Mí en los brazos de María, sobre las alas de María, y con vosotros me uniré y seremos uno para siempre.

Amo este Lugar como Mi propia gloria y Aquí vivo, actúo, descanso, reino, reposo como en Mi jardín de las delicias. En el alma de Mi amadísimo hijo Marcos que se deja formar, moldear, fundir, instruir, guiar, conducir por Mí a través de María realizo Mis maravillas. Y muestro al mundo tesoros, cosas ocultas, secretos del Rey eterno que el mundo nunca ha visto.

Así que aquí muestro cada vez más Mi Rostro verdadero, luminoso, divino, real. Y lo que quiero de vosotros, hijos Míos, es que tengáis para Mí una vida de unión perfecta, de amistad, de afecto, tratándome como vuestro Dios y vuestro Señor. Pero también, como vuestro esposo, el esposo de vuestras almas, y como un amigo siempre fiel.

Venid a Mí aquí, a este lugar que es Mi Cenáculo, el Cenáculo de María, el Cenáculo por excelencia de María. Y aquí os llenaré cada vez más de Mi Llama de Amor hasta transformaros en Serafines ardientes de amor por Mí y por Mi Esposa.

Ahora os bendigo a todos con amor, derramando sobre vosotros generosamente Mis Gracias, Mis Dones, y la Indulgencia Plenaria para todos aquellos que aman a Mi Esposa Inmaculada, aman a Su Inmaculada Concepción, rezan Su Rosario de la Inmaculada Concepción, llevan Su Medalla, Sus Escapularios. Y aquellos hijos que difunden Sus Mensajes haciendo lo que Yo quiero que hagan, trabajen con María.

Sobre todos vosotros desciende ahora la abundancia de Mi Amor y de Mis Gracias Divinas».

(Bendita María): «¡Yo soy la Inmaculada Concepción! Soy la Virgen creada por Dios, libre de la mancha del pecado original. En Mí el pecado y satanás nunca han tenido entrada. Como un jardín sellado, Mi Divino Esposo, el Espíritu Santo Me guardó y preservó. Porque la Madre Dios tenía que ser pura, ya que o se diría que la Madre es Inmaculada y el niño Inmaculado, o se diría que la Madre es pecadora y el niño manchado.

¡Yo soy la Inmaculada Concepción! En Mí, la Santísima Trinidad ha encontrado por fin el Amor, la satisfacción perfecta y el retorno de todas Sus obras. En Mí, llena de gracia y creada con una capacidad ilimitada de amar a Dios, la Santísima Trinidad ha encontrado por fin el Amor, la obediencia perfecta, la correspondencia, la fidelidad, la adoración que Nuestros primeros Padres no supieron darle, que Lucifer no supo darle. Y, finalmente, en Mí la Santísima Trinidad encontró el Amor y la adoración perfectos, el retorno perfecto de Su Creación.

¡Yo soy la Inmaculada Concepción! En Mi alma creada sin la mancha del pecado original e infundida hoy en Mi Cuerpo Virginal resplandezco como signo de esperanza para todos vosotros, hijos Míos. En Mi Inmaculada Concepción está ya prefigurada Mi victoria definitiva sobre Satanás, el pecado. Porque Yo soy la Mujer vestida de Sol, coronada de Doce Estrellas con la Luna bajo los pies, y que aplasta la cabeza de la serpiente infernal.

En Mi Inmaculada Concepción ya está profetizada Mi victoria definitiva sobre el imperio del infierno. Por tanto, debéis tener confianza en Mí, obedecerme en todo, dejaros conducir por Mí, renunciar a vuestras opiniones y a vuestra voluntad, para que Mi Llama de Amor pueda obrar verdaderamente en vosotros y transformaros sin que nada obstaculice o estropee Mi acción.

¡Yo soy la Inmaculada Concepción! Y aquí, en este lugar donde revelo Mi Amor, Mi Gloria, Mi grandeza, Mi Llama de Amor como nunca antes lo había hecho. Verdaderamente, resplandezco como un Sol para disipar las tinieblas de satanás y del pecado y para guiaros a todos vosotros, hijos Míos, por el camino de la salvación, de la gracia, de la santidad y de la paz.

¡Yo soy la Inmaculada Concepción! Y aquí, en este Lugar, en la persona y en la obra de Mi pequeño hijo Marcos, proyecto cada vez más Mi gran y brillante luz, que se hará cada vez más viva, más poderosa y más intensa, cuanto más se espesen las tinieblas en el mundo.

En la persona y en la obra de Mi hijo Marcos, que hoy ha sacado otra espada de dolor de Mi Corazón, que llevaba siglos clavada en él, con la nueva película que ha hecho de Mi aparición en La Salette, haciendo comprender a Mis hijos Mi sufrimiento, Mi aflicción, Mi casi desesperación de Madre al ver que vuestro tiempo pende casi de un hilo. Y que Mis hijos siguen durmiendo en el sueño del pecado, de la indiferencia, de la frialdad, de la dureza de corazón, de la ceguera ante sus pecados.

A través de su obra y de su persona, verdaderamente cada vez más venzo a Satanás en la vida de todos Mis hijos, en el mundo y en las familias. Para que en medio de tanta oscuridad brille Mi Luz deslumbrante, y en medio de tanto fango de pecado, surjan lirios de santidad y de amor perfecto al Señor y a Mí.

Almas llenas de la misma Llama de Amor que tiene Mi hijo Marcos, y que transmite poderosamente con su palabra, con su vida de oración, con su ejemplo. Y, sobre todo, por su corazón lleno de Mi mismo Amor. Este Amor en pura transformación que le va transformando, transmutándole cada día más en una copia perfecta, en el reflejo perfecto de Mi Corazón.

Aquí, pues, Mi Corazón ha triunfado y pronto triunfará en el mundo entero. Y entonces, todos Me conocerán y Me reconocerán como la Inmaculada Concepción, como la única criatura exaltada a una cierta igualdad con las Personas de la Santísima Trinidad, como os dijeron Mi Tomás de Aquino y Mi Alfonso de Ligorio, por una infinidad de gracias.

Todos Me reconocerán como la Mediadora, la Corredentora de la humanidad, viendo y reconociendo cuánto he sufrido con Jesús por la salvación de todos. Y aún hoy he sufrido, perdiendo a Mis hijos cada vez más, perdiendo a un hijo Mío cada hora. Entonces, todos comprenderán el deber de gratitud que deben tener hacia Mí, el amor, el afecto. Y entonces seré aclamada y verdaderamente reconocida como Corredentora, Mediadora de la humanidad y Madre de todos los hombres. Entonces, Mi Corazón Inmaculado triunfará, el imperio del infierno será destruido y vendrá al mundo un nuevo tiempo de felicidad, de amor y de paz.

Aquí, en este Lugar, Mi Corazón descansa como en Su Trono de delicias y Aquí se manifiesta y derrama cada vez más Mi Llama de Amor que se hará tanto más fuerte cuanto mayor sea la apertura de vuestros corazones, la renuncia a vuestra opinión y a vuestra voluntad y vuestra entrega total, docilidad a Mí.

Aquí Mi Llama de Amor obrará maravillas y producirá los más grandes Santos que el mundo jamás haya visto, como profeticé a Mi Luis de Montfort. De ti sólo quiero el «sí», la correspondencia, la obediencia, la docilidad, y Mi Corazón brillará en ti tan intensamente que eclipsará a Satanás. Y él quedará paralizado, el mundo será renovado por Mi Llama de Amor, y finalmente conduciré a toda la humanidad de vuelta a Dios, y a través de Mí Él recibirá finalmente la satisfacción perfecta, la devolución de todas Sus Obras.

Continuad rezando todas las Oraciones que os he dado aquí, pues a través de ellas Mi Llama de Amor obrará en vosotros cada vez más.

A todos vosotros y especialmente a Mi pequeño hijo Marcos, el más obediente y dedicado de Mis hijos que ha trabajado duro, se ha desgastado y ha sufrido para hacer esta Mi película del Aviso de La Salette.

Te bendigo ahora con todo el amor y el afecto de Mi corazón concediéndote la Indulgencia Plenaria de Mi Fiesta, de La Salette, de Fátima y de Jacareí».

(Marcos): «Hasta pronto».

Participa en las Apariciones y oraciones en el Santuario.

Infórmate en el Tel: (0Xx12) 9 9701-2427

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Retransmisión en directo de las representaciones.

Sábados a las 15:30 - Domingos a las 10:00.

Webtv: www.apparitionstv.

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Sources:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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