Messages à Anne à Mellatz/Goettingen, Allemagne
jeudi 24 décembre 2015
Nochebuena.
El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la iglesia doméstica de Göttingen a través de Su instrumento e hija Ana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Durante la Santa Misa del Sacrificio en esta noche santísima, el altar del sacrificio estaba bañado por una luz dorada resplandeciente que apenas podía soportar con la mirada. Tuve que cerrarlos cuando comenzó la Santa Misa Sacrificial, porque incluso durante esta luz resplandeciente los ángeles entraron y cantaron la Glória in exélsis Deo en 9 tonos diferentes y trajeron este estandarte con esta inscripción. Me sentí tan conmovida que me hubiera gustado caerme al suelo. Pude agradecer una y otra vez el hecho de que se me permitiera participar en la Santa Fiesta del Sacrificio por primera vez después de muchas semanas en la iglesia doméstica de Gotinga en esta noche santísima. Fue el mayor regalo de Navidad para mí. Durante varios años no pude participar debido a una enfermedad. Por ello mi mayor agradecimiento. También quiero dar las gracias al Padre Celestial por los últimos 11 años en los que se permitió a mi guía espiritual acompañarme y celebrar la Santa Misa Sacrificial. Fue un gran regalo para mí.
Estas muchas gracias quieren resplandecer hoy en el mundo, para muchos sacerdotes que confiesan su sacerdocio en esta noche santísima, que se han arrepentido de sus culpas y quieren comenzar de nuevo con la Santa Misa de Sacrificio en el Rito Tridentino según Pío V, en la verdad plena. Ahora recibiré las palabras del Padre Celestial.
Ahora hablará el Padre Celestial: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está enteramente en Mi Voluntad y hoy repite las palabras que vienen de Mí.
Amado pequeño rebaño, amados seguidores, amados peregrinos de cerca y de lejos, especialmente de Wigratzbad y Heroldsbach: Hoy, en esta noche santísima, os ha nacido el Salvador, el Salvador del mundo entero.
Qué alegría en vuestros corazones. Yo, vuestro Salvador en la Trinidad, he dejado brotar estos rayos de gracia para que llevéis con vosotros mucha fuerza para el tiempo venidero, porque os están llegando muchas cosas que no comprenderéis. El tiempo ha llegado. Yo, el Padre Celestial, os he dado la última información e instrucciones para este tiempo. Este tiempo es Mi tiempo. No puedes determinarlos ni influir en ellos. Lo único que quiero de ti Reza el rosario sin cesar. Tómalo siempre en tus manos, incluso cuando estés ocupado en algún trabajo. Rezadlo en silencio, porque entonces podré estar con vosotros y apoyaros, ya que habéis asumido una tarea especial para el mundo y también lleváis la responsabilidad en la oración, la expiación y el sacrificio.
Mis amados seguidores, quisiera dirigirme a vosotros hoy especialmente en esta noche santísima. También vosotros estáis solicitados, pues debéis volveros firmes como una roca. Nada debe sacudiros de lo que venga hacia vosotros, porque a todos está destinada una cruz en este último tiempo. Ahora has decidido continuar en este camino con tu Fiat -el «Sí Padre»-, que no te será fácil. Por lo tanto, di de nuevo tu «Sí Padre». Mis amados, cómo os he esperado. Estáis ahí para consolarme a mí y a todo el cielo.
Qué poco puedo confiar en Mis hijos sacerdotales. Cuánto Me habéis rogado y sacrificado por ellos, especialmente en este tiempo de Adviento. Aunque la luz del Adviento se ha encendido en muchos sacerdotes, no Me han obedecido para celebrar Mi Santo Sacrificio en la verdad plena. No estaban preparados para ello, aunque he dejado que esta luz fluya en sus corazones a través de tu expiación.
Quiero daros las gracias, Mis amados seguidores, por perseverar y no rendiros nunca, sino continuar voluntariamente por este camino, ya que Mi pequeña os ha mostrado este camino a través de su pesado sufrimiento, a través de su expiación y a través de su constante: «Sí Padre, como Tú quieras y no como yo quiera. Todo lo que Tú has planeado para mí estoy dispuesta a llevarlo y a que me cueste la vida». Así debe seguir siendo para ti.
Muchas cosas sucederán en Heroldsbach, Mis amados hijos, especialmente en el hueco. Aquí es donde la fuerza es evidente. Una Santa Misa de Sacrificio es algo muy precioso, especialmente en estos últimos tiempos, porque estas corrientes de gracia que salen de ella llegan tan lejos que no podéis imaginarlo - más allá de los países. Pocos, amados hijos, tengo, y estos sois vosotros que vais por este camino a ofrecerme su amor. Amor por amor, fidelidad por fidelidad, ésa es vuestra promesa.
Gracias, amada Monika, por la renovación de tu promesa de consagración. Profunda e íntimamente me has demostrado que me amas, que quieres continuar en este camino de expiación y costarle tu vida. Así que tú también has renovado tu Fiat, Mi pequeña amada. Yo también te doy las gracias por ello, porque puedes salvar a muchas almas sacerdotales de la condenación eterna.
Hoy la alegría en el cielo es grande. El cielo ha contenido la respiración para saber si hoy repetirás tu Fiat, como también ha dicho Nuestra Señora. Por ello todo el cielo te da las gracias. Este amor seguirá impulsándote a expiar, pero en estos días de fiesta tu alma debe regocijarse con alegría y gratitud.
Te amo y te bendigo ahora con tu querido Jesús con triple poder, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El amor del Dios Trino en esta noche santísima te impulsará a subir los últimos peldaños de la escalera de la victoria. Amén. ¡Sigue rezando el rosario!
Sources:
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